Libertad para Jose Rubén Zamora
El fallo que ordena el retorno de Zamora a prisión es arbitrario y avala el abuso de la prisión preventiva.
Un juez concedió arresto domiciliario a Jose Rubén Zamora hace un mes porque se había cometido un abuso en contra de este, ya que se había excedido el plazo de prisión preventiva permitido por la ley. Según el ordenamiento jurídico del país, el tiempo máximo que una persona puede estar sujeta a la prisión preventiva es de 164 días, para evitar el menoscabo al derecho a la presunción de inocencia que tiene toda persona detenida, sin sentencia firme. El presidente del diario elPeriódico pasó 813 días en una mazmorra, o sea más de cuatro veces el tiempo máximo estipulado por la ley. Eso fue una violación a sus derechos humanos, además de que las condiciones carcelarias que afrontó se llegaron a convertir en una tortura que afectó su salud. Pese a esos hechos, el 15 de noviembre, la Sala Segunda de Apelaciones del Ramo Penal revocó la medida sustitutiva y ordenó que el periodista vuelva a prisión preventiva.
La anulación del arresto domiciliario carece de cimentación legal porque significaría que una Corte de Apelaciones avala el abuso de la prisión preventiva y afecta el principio de la presunción de inocencia de Zamora. No se puede entender este fallo más que como la continuación de la persecución contra un periodista que denunció desde elPeriódico la rampante corrupción del gobierno de Alejandro Giammattei. La resolución de esa sala también deja ver que la administración de la justicia continúa en manos de quienes están al servicio de la cleptocracia. Zamora fue encarcelado como producto de la fabricación de casos espurios por parte del Ministerio Público, dirigido por Consuelo Porras, cuyo objetivo era silenciarlo y con ello violar flagrantemente el derecho constitucional a la libertad de expresión. Desde este espacio expreso mi solidaridad con Jose Rubén Zamora y me uno a las voces que exigen su libertad.
La persecución contra Félix Alvarado es la venganza de las mafias que han medrado en el CIV.
La venganza de las mafias
La sombra de Porras también se proyecta sobre la persecución que afronta Félix Alvarado. La fiscal general elude la investigación de los 170 casos de corrupción presentados contra Giammattei y su círculo cercano, pero se lanza con todo contra el exministro de Comunicaciones. Apenas dos días después de dejar su despacho, el exfuncionario sufrió el allanamiento de su apartamento, en un caso que está en reserva, la forma más recurrida por el Ministerio Público cuando no tiene argumentos de peso para perseguir a alguien. Es evidente que esta acción forma parte de las operaciones que la fiscal general ha lanzado contra el presidente Bernardo Arévalo. Alvarado, al igual que Ligia Hernández, son objetivos dentro de la batalla que mantiene Porras por lograr el quiebre del gobierno y permitir el retorno de la cleptocracia.
Alvarado intentó sanear el Ministerio de Comunicaciones, un espacio que ha servido para el enriquecimiento de estructuras de corrupción ligadas a la construcción. Alcaldes, diputados, gobernadores y empresarios se han servido con la cuchara grande y es obvio que no iban a permitir que un advenedizo les retirara el ansiado tesoro. Por eso le hicieron la guerra desde todos los frentes y bloquearon el avance de las obras viales. Desde esa perspectiva, la acción del MP forma parte de la venganza de las mafias que se sintieron afectadas cuando Alvarado decidió eliminar el pago de coimas, evitar el favoritismo a constructoras y denunciar casos de corrupción en obras. Esa es la dura realidad de quien buscaba la transparencia, pero tampoco contó con el respaldo del más alto nivel del Organismo Ejecutivo.