PLUMA INVITADA

Las vicisitudes de febrero

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Este mes viene de la palabra latina februarius, a su vez proviene del verbo februo, que significa purificar. Es un sustantivo femenino.

' Es hora de levantar la mirada y hacer las cosas bien.

José Miguel Argueta

Desde los pueblos romanos, sobre todo en los montes Apeninos y en el panteón etrusco, el término tiene que ver con una serie de acontecimientos de tan variada índole que el calendario juliano no lo incluyó y esos días no se consideraban sanos, sino invernales.

Es el emperador romano Numa Pompilio (753-674 a.C.), quien lo incluye para finalizar el año. Fue en el año 153 a.C. con las elecciones atípicas de magistrados, el 1 de enero que el calendario juliano oficializó en el 45 a.C. cambiando definitivamente el inicio de año del 1 de marzo a 1 de enero. El resto del mundo adquirió ese calendario hasta 1582.

Los desajustes de calendario produjeron el mercedonius, mes bisiesto utilizado para favorecer jurídicamente a los amigos y perjudicar a los enemigos.

Fue el emperador Julio César quien, siguiendo consejo del astrónomo Sosígenes, volvió el calendario de 365 días, alineándolo con el sol, dejando febrero para purificación de 28 días. Sin embargo, como el ciclo lunar es de 365 días, seis horas, hubo que ajustar en el siglo XVI el calendario actual por el papa Gregorio XIII.

Una purificación, sustantivo femenino viene de las voces puro (limpio) y de facere (hacer). Este es un mes propicio para que como ciudadanos todos purifiquemos, purguemos, acendremos, acrisolemos la cosa pública de toda la podredumbre que durante la pandemia se gestó en las esferas de poder para iniciar el 14 de febrero de 2024, un período legítimo de voluntad ciudadana en una democracia representativa en la República de Guatemala.

Este es el momento de entender y puntualizar el papel de cada organismo de Estado que tiene que ver la probidad de los actores y evitar el clientelismo aberrante que pretende crear ese mecanismo de control de un país totalmente republicano que elige y no es servil a los intereses de tahúres disfrazados de falsa filantropía, falsa libre empresa, sea de extrema derecha, derecha, izquierda o extrema izquierda cuyas voces solo recuerdan el fracasado sistema de pesos y contrapesos en donde los dueños del poder acrecentarán el hambre ciudadana para lograr fines perversos.

Las instituciones de gobierno están integradas por ciudadanos con nombre y apellido que le han puesto precio a su alma y la venden por un plato de lentejas por mezquindades de origen en la propia ciudadanía.

Este mes debió ser un mes de alzar la voz contra la arbitrariedad, la confusión y el miedo.

Enfrentar ese fracasado sistema de control social que ha encontrado digno ejemplo en valientes ciudadanos a lo largo de nuestra historia y que recuperan el valor fundamental de la familia perdido hoy desde la primera magistratura de la República de Guatemala.

Si recuperamos ese espacio mantendremos una patria libre y seremos un ejemplo veraz para la patria grande que hoy atraviesa vejámenes por parte de verdaderos dictadores y de países incluidos en los paraísos fiscales del planeta.

Sea, pues, febrero, un mes de levantar la mirada y hacer las cosas bien.

ESCRITO POR:

José Miguel Argueta

Profesor universitario del curso Unión Europea. Formación doctoral en Derecho en la Universidad Francisco Marroquín y Comunicación Estratégica en la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Politólogo de profesión.