Imagen es percepción
Las nuevas tendencias en el mundo laboral
La revolución del trabajo inteligente y horarios reducidos, están revolucionando el mundo laboral.
“Ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio, ocho horas de sueño”. Ha pasado ya casi un siglo y medio desde el 1 de mayo de 1886, día en que estalló el motín de Haymarket en Chicago, una huelga para exigir un límite diario de ocho horas de trabajo. Esta manifestación dio origen a uno de los logros sociales más importantes para el movimiento obrero. ¡Cómo hemos evolucionado desde entonces! Ya que ahora la nueva propuesta es una semana laboral de cuatro días, con una jornada de ocho horas diarias y 32 horas semanales, sin reducción del salario. Las primeras propuestas fueron lanzadas desde 1990, en Europa, pero luego de la pandemia este plan tomó más fuerza, empezaron los estudios y las pruebas en diferentes países para echar a andar los planes piloto.
Los nuevos modelos de gestión del trabajo, conllevan no solo beneficios, sino también importantes desafíos.
En el Reino Unido se lanzó uno de los ensayos más extensos de la semana corta, promovido por 4 Day week global, que involucró a 61 empresas y cerca de tres mil empleados. Los resultados han sido alentadores: el personal, más feliz y menos estresado; aumento de la productividad y reducción de costes para las empresas. Al final de la prueba, 38 compañías decidieron adoptar este modelo de manera definitiva. Los resultados son prometedores y traen consigo numerosos beneficios para las corporaciones y los trabajadores. Por lo que algunos gobiernos ya han iniciado los trámites para formalizar estas prácticas.
En este contexto, la semana laboral de cuatro días es considerada por muchos como una nueva frontera en la organización del trabajo, potencialmente capaz de mejorar la satisfacción de los empleados, la eficiencia empresarial y la competitividad en el mercado. Esta nueva forma de trabajar enfatiza la importancia de evaluar los resultados en función del desempeño y los logros, en lugar de regirse únicamente por las horas de trabajo establecidas, que muchas veces pueden ir en detrimento del ser humano. Además, al introducir una semana laboral corta, las empresas multinacionales también pueden mejorar su reputación. Claramente, hay que tener en cuenta que esta oportunidad está ligada al tipo de trabajo y no se puede aplicar indiscriminadamente a cada sector.
Otro modelo que ha cambiado en los últimos cuatro años es el teletrabajo, consecuencia de la pandemia del covid-19, que vino también a revolucionar el mundo laboral. El trabajo inteligente, de hecho, con todas sus fortalezas y debilidades, se está extendiendo cada vez más, conduciendo así a un nuevo estilo que llegó para quedarse.
El trabajo remoto es positivo, tanto para los empleados como para los empresarios. Aunque está claro que no solo tiene lados efectivos, sino también puede crear varios problemas si no están claras las reglas del juego y se afinan los sistemas adecuadamente. Esta práctica llegó para quedarse porque conlleva una reducción significativa y estructural en la demanda de espacios en oficinas. Hay, por ejemplo, quienes están planeando reducir drásticamente los espacios físicos de las instalaciones y dejarlas completamente a distancia o mixtas con menos personal.
Este nuevo modelo de trabajo llamado inteligente o smartworking es mucho más amplio que un proyecto de innovación tecnológica y laboral, significa cuestionar una serie de estereotipos relacionados con las horas, las herramientas técnicas y los lugares de trabajo, permitiendo una mezcla entre la satisfacción de las personas y su eficacia profesional. Las empresas más grandes y estructuradas del mundo están adoptando ambos métodos de trabajo. Y las perspectivas para el futuro siguen siendo inciertas, más aún con la inteligencia artificial, el smartworking ha entrado en la vida cotidiana de millones de personas y, con toda probabilidad, está destinado a permanecer.
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