La antorcha

Las Naciones Unidas, en declive

Los signatarios de la Carta “se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado”.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) celebra 79 años de haberse constituido como uno de los sistemas internacionales más relevantes en la historia de las relaciones entre Estados.

Los signatarios de la Carta “se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado”.

Las devastadoras guerras mundiales del siglo pasado, la de 1914 a 1918 y la de 1939 a 1945, en las que murieron millones de personas, incluyendo en esta última guerra el Holocausto, obligaron a los países aliados victoriosos a concebir y a comprometerse a implementar un nuevo sistema internacional que previniera fundamentalmente una III Guerra Mundial.

La Carta constitutiva de la ONU, suscrita en sus inicios por 51 Estados, incluyendo a Guatemala, en 1945 —hoy son 193 miembros— establece en los capítulos 1 y 2 los propósitos y los principios de la ONU. Para efecto de este artículo, destaco el principio establecido en el capítulo 2, inciso 4, que en su parte esencial dice que los signatarios de la Carta “se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado”.

En este nuevo marco jurídico internacional, la responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacionales recae en el Consejo de Seguridad, el órgano superior y determinante de la ONU, de cuyos 15 Estados miembros cinco de ellos son permanentes, reservándose estos el derecho al veto: Estados Unidos, Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Francia, la República de China —no comunista— y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El Consejo de Seguridad ha sufrido desde su fundación dos modificaciones. La primera, la sustitución de la República de China por la República Popular de China —régimen comunista— en 1971. La segunda, tras la disolución de la URSS, en 1991, la sustituye la Federación de Rusia.

La correlación de fuerzas dentro del Consejo de Seguridad empieza a cambiar a partir del momento en que Vladímir Putin, exmiembro de la KGB soviética en Alemania Oriental, llega a presidir la Federación de Rusia en el año 2000. Se propuso desde un principio restaurar el poder histórico del Estado ruso, especialmente el militar, y su influencia en su entorno geográfico, para hacerle frente a la expansión amenazante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia sus fronteras.

Se desencadenan al paso del tiempo una serie de acciones violatorias del Derecho Internacional por parte de Rusia en Georgia, en la península de Crimea, en la región del Donbás, en Ucrania, y el apoyo a la dictadura en Bielorrusia, afianzando posiciones. Por la otra parte, los Estados Unidos, en sinergia con sus aliados de la OTAN, mantiene su decisión de promover la expansión territorial de la OTAN. A partir de que ambas partes no ceden en sus pretensiones y no logran llegar a un “Detente”, un acuerdo realista de distensión, como se dio en la Guerra Fría entre EE. UU. y la URSS, se produce en una confluencia de circunstancias la guerra de Ucrania. Las tensiones están escalando, en la que de forma indirecta están confrontados militarmente cuatro de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad.

La ONU está en declive progresivo y su Consejo de Seguridad al día de hoy ya no es una garantía para la paz y la seguridad internacionales en ninguna de las distintas regiones del mundo.

En este contexto, la Asamblea General de la ONU inicia en este mes de septiembre sus deliberaciones, y ojalá que las autoridades de los países miembros que se dirijan a este foro se pronuncien y discutan iniciativas que eviten que la escalada de tensiones militares no llegue a niveles irreversibles entre las potencias del Consejo de Seguridad.

ESCRITO POR:

Luis Fernando Andrade Falla

Posgrado en Relaciones Internacionales, Universidad de Georgetown Washington, D.C. USA 1994-1995. Licenciatura en Ciencias Económicas por la Universidad Francisco Marroquín. Catedrático universitario. Contacto: lfandradef@hotmail.com