Meta humanos
La tierra pide auxilio
Comenzamos el año en llamas, literalmente. Estamos en plena crisis de agua.
Estudiante (literal y figurativamente). Aprendo incansablemente y escribo sobre estos aprendizajes con la esperanza de que le puedan ser útiles a más personas. Sueño/trabajo por un mundo de más empatía, bienestar y alegría. Nací en Guatemala, tierra de volcanes, flores y abundante agua. País hermoso de gente sonriente. Nací en Guatemala, tierra de ríos contaminados, basureros clandestinos y contaminación visual. País frustrante, con gente que normaliza cosas que no son normales. La realidad de Guatemala es compleja, pues simultáneamente convergen realidades muy contrastantes. La basura se convierte en parte de nuestros bellos paisajes. La tierra es fértil y el clima idóneo, pero uno de los mayores problemas es la desnutrición crónica.
Aunque Guatemala cuenta con el doble de agua disponible en comparación con el promedio mundial, lamentablemente más del 95% de sus fuentes están contaminadas, lo que resulta en un gran sufrimiento diario para millones de personas que luchan por acceder a agua potable. La humanidad nunca ha sido perfecta, y su relación con la naturaleza tampoco lo ha sido. El ser humano lleva cientos de años dañando su entorno. Esto es una realidad innegable. Sin embargo, es importante destacar que esta realidad converge con cambios positivos que se han realizado con el tiempo. A lo largo de la historia ha habido seres humanos capaces de comprender la importancia del medioambiente, entendiendo que el daño que infligimos a la naturaleza terminará dañándonos a nosotros mismos.
Como joven guatemalteca, pregunto: ¿Será que nuestros problemas pueden esperar?
Esta semana celebramos el Día de la Tierra. El 22 de abril se convirtió en una fecha relevante gracias a un humano visionario que pudo anticipar las consecuencias de las acciones del presente. Durante la década de 1970, las industrias emitían humo y desechos sin preocuparse por las repercusiones legales o la mala publicidad. La contaminación del aire se consideraba signo de prosperidad. En aquel entonces, la corriente principal en EE. UU. estaba desconectada de las problemáticas ambientales y del peligro que representaba un entorno contaminado para la salud humana. El senador Gaylord Nelson, representante de Wisconsin, estuvo preocupado durante mucho tiempo por el deterioro del medioambiente en EE. UU. En enero de 1969, él y muchos otros presenciaron los devastadores efectos de un derrame masivo de petróleo en Santa Bárbara, California. El senador buscaba canalizar la energía de las protestas estudiantiles hacia una conciencia pública emergente sobre la contaminación del aire y del agua. Propuso organizar manifestaciones en los campus universitarios. Es aquí donde comienza un movimiento que establece un día para conmemorar las acciones positivas realizadas y que deben realizarse por la Tierra.
Como joven guatemalteca, pregunto: ¿Será que nuestros problemas pueden esperar? Comenzamos el año en llamas, literalmente. La calidad del aire se deteriora significativamente en poco tiempo. Estamos en plena crisis de agua. En 2017, el Ministerio del Medio Ambiente confirmó que el 95% de las fuentes de agua del país están contaminadas. El relleno sanitario de la zona 3, que recibe la mayoría de los desechos de la ciudad, recibe cerca de 2 mil 800 toneladas de basura al día. Esa basura no llega ahí por arte de magia, viene de nuestras casas. A menudo, la complejidad del país puede parecer abrumadora, pero recuerdo que su belleza es igualmente impresionante. Merece que lo tratemos con respeto y protejamos sus riquezas naturales. Tenemos una responsabilidad intergeneracional.
Al seguir con nuestro día a día de forma inconsciente, somos parte del problema. La indiferencia nos convierte en cómplices. O eres parte del problema o eres parte de la solución, tú eliges.