Reflexiones sobre el deber ser

La patria constitucional y democrática


El odio a los tiranos los hizo mártires.

En septiembre se conmemoran tres acontecimientos históricos trascendentales para nuestra patria: la Independencia de Centroamérica (1821), la Revolución Constitucionalista de 1897 y la aprobación de la Carta Democrática Interamericana (CDI) de la OEA en 2001.

El odio a los tiranos los hizo mártires.

El 15 de septiembre de 1821 se firmó la Declaración de Independencia de Centroamérica de España, a la cual se dio continuidad a través de la Declaración de Independencia Absoluta de Centroamérica, emitida el 1 de julio de 1823 por la Asamblea Nacional Constituyente, reunida en la Ciudad de Guatemala, mediante la cual también se fundaron las Provincias Unidas del Centro de América.

Por otro lado, el 7 de septiembre de 1897 estalló la Revolución Constitucionalista de 1897, cuyo objetivo era restablecer el orden constitucional fracturado por la decisión adoptada por el entonces gobernante José María Reina Barrios (1892-8), en el sentido de prolongar su período presidencial de 6 a 10 años. Las autoridades de San Marcos y Quetzaltenango rechazaron esta decisión, que, además de antidemocrática, suponía la vulneración de los principios de alternancia, periodicidad en el desempeño de cargos públicos y no perpetuación en el poder. El 15 de septiembre de 1897, los insurrectos tomaron Quetzaltenango y desconocieron al régimen de Reina Barrios. Empero, el 4 de octubre de 1897 los revolucionarios fueron derrotados y la insurrección fue sofocada. Los rebeldes fallecidos en el campo de batalla, entre ellos adolescentes del INVO (niños héroes de la patria constitucional), fueron sepultados en el “Panteón de los Mártires”, ubicado en el Cementerio de Quetzaltenango. En dicho panteón se inscribieron dos frases inspiradoras: “El amor a la libertad los hizo héroes” y “el odio a los tiranos los hizo mártires”. El epílogo de esta gesta es que Reina Barrios fue asesinado el 8 de febrero de 1898 y que su sucesor revirtió la referida prolongación del período presidencial.

El tercer hito histórico fue la aprobación de la CDI en la Sesión Extraordinaria de la Asamblea General de la OEA, celebrada en Lima, Perú, el 11 de septiembre de 2001. En dicho instrumento se afirma que “los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla”; que “la democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos de las Américas”; y que “el ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del Estado de Derecho y los regímenes constitucionales”.

La CDI incorpora un conjunto de valores y derechos, entre ellos: (i) Respeto de los derechos y libertades fundamentales, particularmente la libertad de expresión y de prensa; (ii) Elecciones periódicas, libres y justas, basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía popular; (iii) Transparencia, probidad, responsabilidad en la gestión pública y respeto de los derechos sociales; (iv) El acceso y ejercicio del poder con sujeción al Estado de Derecho; (v) Pluralismo político; y (vi) Separación de los poderes públicos.

La conmemoración de estos eventos históricos mantiene viva la llama de la autodeterminación y de los principios republicanos, de la lucha por la preservación de la constitucionalidad y en contra de la interpretación constitucional sin límites, justificadora de la dominación política o ideológica, así como de la protección y defensa de los derechos humanos y de la democracia institucional, especialmente de los enemigos acérrimos de ésta, que promueven el terrorismo, la desinstitucionalización y el despotismo.

ESCRITO POR:

Mario Fuentes Destarac

Abogado constitucionalista