Imagen es percepción
La línea roja que Ucrania no debió cruzar
Los globalistas ponen en jaque el equilibrio mundial, metiendo a la humanidad en una inminente guerra total.
El conflicto entre Ucrania y Rusia ha dado un inquietante giro, con el reciente lanzamiento de misiles de largo alcance hacia territorio ruso. La decisión de Joe Biden de autorizar este ataque despierta alarmas internacionales, en un momento donde la prudencia y la diplomacia deberían prevalecer, pareciera que este “títere” procura impulsar una agenda que podría escalar el conflicto hacia niveles insospechados.
Este gesto, más que una muestra de apoyo estratégico, parece una maniobra cargada de oscuras intenciones, quizá orientada a entregar a Trump un país en guerra, un mundo en caos, y desgastarlo antes de que tome posesión. Sin embargo, lo más inquietante es que esta decisión llega en medio de crecientes dudas, sobre su capacidad mental para liderar al país.
Sus tropiezos públicos y declaraciones erráticas ponen en tela de juicio si realmente está consciente de las implicaciones de sus actos, o si está siendo manipulado por el grupo globalista, y por fuerzas internas que operan desde las sombras en Washington. Mientras tanto, Donald Trump lo ha acusado, y con toda la razón, de llevar al mundo “al borde de una guerra nuclear”.
Trump afirma que, bajo su mandato, habría negociado una salida pacífica con Putin y Ucrania. Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, el apoyo estadounidense a Ucrania ha sido claro, pero el aval para utilizar armamento avanzado contra objetivos dentro de Rusia, representa un cambio radical. Esto viene a coincidir con la reciente actualización de la doctrina nuclear de Putin, lo que añade un matiz particularmente escalofriante a este escenario. Diseñada para justificar respuestas contundentes ante amenazas existenciales, esta doctrina coloca al mundo al borde del abismo.
¿Quiénes están detrás de Joe Biden apostando por un escenario que nos llevará a una Tercera Guerra Mundial?
¿Considerará Putin este ataque, como un acto de agresión suficiente para activar dicha política? Aunque sus declaraciones han sido mesuradas hasta ahora, la posibilidad de una escalada masiva —convencional o incluso nuclear— no puede ser ignorada.
Los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Alemania, Italia, Polonia, España y el Reino Unido emitieron una declaración conjunta, comprometiéndose a aumentar su respaldo militar, económico y financiero a Ucrania. Señalaron que las acciones de Rusia están debilitando de forma sistemática la estructura de seguridad europea, planteando desafíos inéditos para la estabilidad común.
La comunidad internacional observa con creciente ansiedad. El ataque ucraniano con misiles de largo alcance es un recordatorio de que esta guerra no es solo un conflicto regional; es una partida de ajedrez geopolítica, donde cada movimiento tiene implicaciones globales.
Ante este panorama, podría haber diferentes posibles escenarios: 1. Escalada militar: intensificación de ataques masivos en Ucrania, incluyendo la posibilidad de utilizar una bomba nuclear táctica, como advertencia estratégica. 2. Represalias a aliados: ataques militares selectivos contra países socios, ante una posible y eventual respuesta de Rusia. 3. Alianzas estratégicas: reforzar vínculos con China, Irán y Corea del Norte. 4. Ataques híbridos: desinformación, sabotajes y ciberataques a Occidente. 5. Extensión del conflicto: agresiones contra países vecinos, como Polonia o los Estados bálticos, desafiando a la Otán.
Por ahora ya están abandonando los países aliados de Ucrania sus embajadas en Kiev. Y Rusia ha lanzado el primer misil balístico intercontinental en Ucrania, marcando una significativa escalada en la guerra. El mundo se encuentra en una encrucijada, y esto parece ser el preludio de una catástrofe mundial. Entre tanto, el reloj sigue avanzando, y cada segundo que pasa parece acercarnos más a una línea roja que nunca debieron cruzar.