a contraluz

La justicia por el camino oscuro

Quieren llevar a las postuladoras al Organismo Judicial porque les permitiría negociar a espaldas de la opinión pública.

Tras las comisiones de postulación se percibe la existencia de una guerra sorda, en la cual sus integrantes tratan de mantener las formas, pero cuyas diferencias comienzan a aflorar con una situación aparentemente sin mayor trascendencia: no hay acuerdo sobre el lugar donde se realizarán las reuniones de trabajo. Los opositores argumentan que la sede de la Universidad Rafael Landívar (URL) queda muy lejos, que les toman datos a las placas al ingreso al estacionamiento, no se les ha convocado con un mínimo de 48 horas de anticipación, además de poner en duda el financiamiento para este proceso. Cualquier pretexto es bueno, todo sea que los encuentros no queden en terreno del contrario. La situación apuntaría a que el grupo mayoritario de comisionados, en el que juegan los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte de Apelaciones, tendría dos objetivos muy claros: llevar las reuniones de trabajo a la sede del Organismo Judicial o retrasar lo más que se pueda el proceso para que ellos continúen cómodamente en sus puestos.

Las mafias buscan incidir de nuevo en la cooptación de la justicia para favorecer la corrupción e impunidad.

¿Por qué se oponen a que las reuniones continúen en las instalaciones de la URL? Muy sencillo, esta universidad ofrece un espacio amplio, con mucha luz, con acceso a internet y a la prensa sin ninguna restricción, lo cual permitiría observar cualquier mal manejo en el proceso de selección. Al contrario, el grupo en el que están integrados los magistrados de la CSJ y de Apelaciones insiste en que las reuniones de trabajo sean en la Sala de Vistas del Organismo Judicial, el cual es pequeño, el servicio de internet es deficiente, se puede vedar el acceso a la prensa, no tiene estacionamiento de vehículos y el propio presidente de la CSJ, Óscar Cruz, dijo que carece de presupuesto para mantener a las dos comisiones. En dos platos, no es una sede propicia para las postuladoras, pero es evidente que se busca un lugar que permita realizar acciones oscuras en la selección de candidatos a magistrados. Quienes insisten en el cambio de sede pertenecen, precisamente, a los grupos que siempre han tratado de cooptar a la justicia.

Raúl Arévalo, rector de la Universidad Internaciones y presidente de la postuladora de Apelaciones, exteriorizó una frase que lo dice todo: “Donde hay luz no crece el moho”. Eso significaría que le huyen al espacio que propone la URL porque les dejaría menos posibilidades para las maniobras espurias y, al contrario, buscan un espacio cerrado, pequeño, en el que puedan hacer de las suyas, sin la molestia de la prensa que podría revelar sus componendas para tratar de perpetuarse en el Organismo Judicial. Si este grupo no logra el objetivo de cambiar de sede buscaría retrasar el proceso de selección de candidatos a magistrados para que los actuales continúen en sus puestos. Eso  permitiría mantener la misma correlación de fuerzas con jueces venales, favorables al Ministerio Público de Consuelo Porras y a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad, en detrimento de una administración de justicia independiente.

Lo que se juega en las comisiones de postulación es de trascendencia para el país. Hasta el momento ser percibe la existencia de una corriente que buscaría manipular el proceso para seleccionar a magistrados favorables a la corrupción y la impunidad. El principal operador sería Nester Vásquez, presidente de la Corte de Constitucionalidad y el principal interesado en que el Organismo Judicial siga en poder de magistrados favorables al pacto de corruptos. Por el otro se percibe a un grupo de comisionados, entre ellos varios decanos de Derecho de universidades privadas, que buscarían la selección de magistrados que sean favorables a la independencia judicial. Desde esa perspectiva, la escogencia de la sede de las reuniones es vital para tratar de evitar que los comisionados del lado oscuro impongan sus componendas.

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.