Aleph

La justicia es un tema de toda la sociedad

La justicia es un tema de toda la sociedad. Es la esencia del Derecho.

De niña soñaba con ser abogada, como mi bisabuelo materno y mi tío paterno. El primero, Buenaventura Echeverría, había escrito el primer Tratado Constitucional de Guatemala; el segundo, Alfonso Bauer Paiz, mucho menor que “Ventura”, había ocupado varios cargos en los gobiernos de la Primavera Democrática como, por ejemplo, el de ministro de Economía. Buenaventura fue, además, uno de los 311 firmantes de las dos cartas en las cuales se solicitó al dictador Jorge Ubico atender las demandas ciudadanas y luego su renuncia.  Alfonso, fue uno de los jóvenes que participó en la Revolución de 1944 y, a sus 26 años, ocupó el cargo de diputado.

La justicia es un tema de toda la sociedad. Es la esencia del Derecho.

Uno liberal, secretario y fundador del partido Unionista; el otro revolucionario y al final marxista, siempre buscando justicia para los más desposeídos y beneficios para la clase trabajadora. Ambos, abogados honrados y honorables hasta la médula, con una formación rigurosa, con una vocación innegable por la justicia y un trabajo sostenido por el bien común. Y,  a pesar de que sus ideas eran bastante distintas, me recuerdo muy pequeña, sentada a los pies de ambos, escuchando las largas conversaciones de estos dos memorables juristas, que ponían su profesión y su vida, al servicio de la Guatemala con la cual soñaban.

Las cosas han cambiado, aunque las sigamos nombrando de la misma manera. Hoy, no solo hay demasiados abogados en este país, lo cual creo que ha sido parte de su perdición, sino que hay pocos buenos y demasiados, muy malos. Y cuando digo malos, no hablo en estricto sentido binario ni purista, sino que me refiero a varios factores: sus calidades éticas, profesionales y humanas; su visión de país como profesionales del Derecho; su vocación de cuatreros y mercenarios que viven de asaltar al Estado; su persistente litigio malicioso, técnicamente legal, pero  abiertamente injusto. Mercaderes del Derecho que se venden a cualquiera y ejercen con descaro el oficio más antiguo del mundo. A esos abogados y abogadas mafiosos que, bajo la sombrilla de un modelo económico que todo lo considera objeto de compra-venta, solo buscan su propio beneficio y el de sus patrones. Esos que compran títulos, defienden narcos y corruptos, y usan su profesión como un trampolín.

La justicia es un tema de toda la sociedad. Es la esencia del Derecho y su práctica en la Guatemala actual, lo que hay que cuestionar, porque en este país, la ley queda aún muy lejos de la justicia. Hay que cambiar las reglas del juego, porque lo económico lleva décadas arrodillando a lo político, y lo político, doblegando a la justicia. Estamos a la mitad del proceso de elección de Cortes, y considero que, entre tanto momento de tensión, puedo también resaltar algunas victorias: 1) Las Comisiones no solo están integradas por los mafiosos de siempre, ya que planillas conformadas por buenos profesionales,  también lograron entrar a estos espacios; 2) Walter Mazariegos, electo por fraude,  quiso liderar las Comisiones de Postulación, y con ello llevar a  más corruptos. No le fue permitido. El Foro de Rectores eligió a los dos presidentes de las Comisiones: a Raúl Arévalo, por mayoría, y al Padre Miquel Cortés Bofill, por unanimidad. Este último presentó una tabla de gradación rigurosa y exigente, según estándares internacionales y nacionales, pero se eligió otra tabla que deja con poco puntaje la honorabilidad y la ética, debido a las presiones de los de siempre. Aunque las dos Comisiones trabajan de manera independiente, hay una buena sinergia entre ambas y sus presidentes, muy estoica y valientemente siguen llevando el proceso. Luego de ocho sesiones bastante accidentadas, se llegó a la conclusión que, el lugar idóneo para el proceso, sigue siendo la Universidad Rafael Landívar (URL). 

Más que nunca, ante la postulación de innumerables operadores de las mafias, la exigencia es hacia una sociedad civil que no puede descuidar el proceso. Nuestra participación y observación es fundamental, así como una auditoría ciudadana que presione y acompañe. Presentar los expedientes será un ejercicio de corresponsabilidad de ambas Comisiones, cada una integrada por su presidente, 12 decanos, 12 representantes del CANG y 12 representantes de Cortes. Pero por ahora hay que ir a la URL o acompañar en estos dos vínculos: https://postulaciones.gt/ca/ y https://postulacioncsj.gt/, porque la justicia es nuestra.

ESCRITO POR:

Carolina Escobar Sarti

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Salamanca. Escritora, profesora universitaria, activista de DDHH por la niñez, adolescencia y juventud, especialmente por las niñas.