DESDE GINEBRA
La importancia de la huella del carbono
Algunas publicaciones especializadas en la materia afirman que el calentamiento global se debe al ser humano hasta en un 95%. La huella de carbono, principal elemento que impacta al calentamiento climático, representa el volumen total de gases de efecto invernadero (GEI) que producen las actividades económicas y cotidianas del ser humano.
Conocer el dato de la contaminación por la huella de carbono expresado en toneladas emitidas, que es el volumen total de gases de efecto invernadero que producen las actividades económicas y cotidianas del ser humano, es importante para tomar las medidas y poner en marcha las iniciativas necesarias para reducirlas al máximo. Cada vez que viajamos en automóvil, ponemos a funcionar una lavadora, entre otros miles de rutinas, dejamos atrás una estela de gases que se acumulan en la atmósfera y sobrecalientan el planeta.
El gas más abundante y que más ha contribuido al calentamiento global es el dióxido de carbono (C02), ya que permanece en la atmósfera y en los océanos por cientos de años. Estas emisiones aceleran el cambio climático y si no las neutralizamos a tiempo con la descarbonización de la economía y otras medidas, entre ellas la descarbonización de la cadena de valor de la industria siderúrgica es de vital importancia para alcanzar los objetivos de cero emisiones netas, de otra manera nos espera un mundo más inhóspito y para cuando nos demos cuenta será muy tarde.
La Organización Meteorológica Mundial indica que la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera alcanzó un nuevo récord en 2019 y los niveles de CO2 atmosférico son ahora equiparables a cuando el termómetro terrestre marcaba unos 3°C más y el nivel del mar medía entre 10 y 20 metros más que hoy.
' Conocer el dato de la contaminación por la huella de carbono expresado en toneladas emitidas.
Eduardo Sperisen-Yurt
Se conocen diferentes huellas de carbono; por ejemplo, entre otras, la huella de carbono personal, la huella de carbono de las empresas y la huella de carbono de los productos. La huella de carbono personal es la que origina un solo individuo en su vida cotidiana. Se estima que cada habitante del planeta genera una media de casi cuatro toneladas anuales de CO2, mientras que en Estados Unidos esta cantidad se cuadruplica.
Expertos señalan que la huella de carbono personal debe reducirse a menos de dos toneladas anuales para 2050 y sostienen que esta es la mejor forma de evitar que la temperatura siga subiendo y alcance el temido umbral de los 2°C, lo que agravaría el cambio climático y lo convertiría en un problema irreversible.
Un producto, por ejemplo el café, puede tener diferentes huellas de carbono, dependiendo de dónde y cómo se cultiva, de los métodos de procesamiento, embalaje y transporte, así como de las distintas formas en que se consume y las tecnologías asociadas al producto. Entre las consecuencias de este calentamiento están el derretimiento de los glaciares, la propagación de enfermedades, los cambios en los ecosistemas, la desaparición de especies o el aumento del nivel del mar. Los próximos años serán decisivos en la batalla contra el cambio climático y el éxito dependerá, sin duda, de nuestra capacidad para disminuir la huella de carbono.
En conclusión, vemos que la búsqueda de reducir la huella de carbono es una macrotendencia que engloba muchos de los aspectos de nuestra vida, pero que se expresa con fuerza particular cuando hablamos de los espacios que habitamos en nuestra vida cotidiana, y esto tiene una lógica comprensible, que a la luz de una nueva conciencia ecológica debemos tomar mejores decisiones en relación con nuestro entorno.