La alternativa al Movimiento Semilla
La tozudez ideológica de izquierda reina en las esferas de decisiones relevantes.
Ante el ocaso del 2024, es necesario hacer un balance de la gestión pública del Movimiento Semilla tanto en el Congreso de la República como en el Organismo Ejecutivo. Este balance, que es crítico, contempla en retrospectiva las manifestaciones ciudadanas anticorrupción del 2015 como un punto fundamental de referencia histórica.
La tozudez ideológica de izquierda reina en las esferas de decisiones relevantes.
En aquellas circunstancias de características únicas, la ciudadanía guatemalteca en el 2015 perdió el temor a manifestarse en contra de la corrupción y la impunidad en las altas esferas del poder político convergiendo pacíficamente miles de personas sin distinción generacional, social, económica, ideológica, religiosa y étnica en las principales plazas públicas del país.
Tuve el privilegio de estar presente en ese proceso en tres ámbitos distintos, pero complementarios, que me permiten dar un criterio de aquellos acontecimientos históricos: como columnista del desaparecido diario elPeriódico, como docente en la Universidad Rafael Landívar (URL) y como participante en las distintas manifestaciones ciudadanas en la Plaza de la Constitución. Esas vivencias intensas me llevaron a publicar en elPeriódico, entre otros artículos, el de “Estudiantes universitarios en la vanguardia del cambio”, el 5 de junio del 2015.
Se produjo un fenómeno social. En el Campus Central de la URL al pie y bajo la sombra de una ceiba se inició un sábado un diálogo suigéneris casi un conciliábulo de estudiantes y de algunos docentes de distintas facultades que luego derivó con el tiempo en un diálogo abierto entre estudiantes de las distintas universidades del país. Se coordinaron vía redes sociales de tal forma que en la gran manifestación del 27 de agosto del 2015 las columnas de estudiantes eran impresionantes de las universidades Rafael Landívar, Del Valle, Francisco Marroquín, del Istmo y de la San Carlos convergieron masivamente junto a una ciudadanía enérgica llenado todos la Plaza de la Constitución.
El Movimiento Semilla nace como una vertiente de aquellas circunstancias que fueron abiertas y amplias, particularmente del grupo universitario del Campus de la URL. Algunos jóvenes líderes fueron cortejados posteriormente por representantes de la comunidad internacional y/o por personas relacionadas directa o indirectamente con el sistema de Naciones Unidas. La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), sustentada por las Naciones Unidas, que tuvo en su momento un rol importante, pero al final fue instrumentalizada, vio también con simpatía ese fenómeno estudiantil.
El Movimiento Semilla, que triunfa sorpresivamente en las elecciones generales del 2023 con un mandato sin amplia base electoral pero sí con una votación significativa de los jóvenes con la esperanza de un cambio como se expresó en el 2015, sin sesgo ideológico, no ha estado a la altura de las circunstancias, la mediocridad impera en la gestión pública, la tozudez ideológica de izquierda reina en las esferas de decisiones relevantes y las negociaciones en el Congreso de la República tienen un saldo muy negativo para la renovación del sistema democrático. Perdieron un momento histórico. Guatemala merece una alternativa al Movimiento Semilla que sea abierta e incluyente que recoja nuevamente el sentir de la ciudadanía y de los jóvenes expresada en las manifestaciones del 2015 viendo hacia el futuro y no anclados en ideologías socialistas divisivas, desfasadas y anacrónicas que retrasan el potencial de desarrollo, la productividad económica y la movilidad y dignidad social de la ciudadanía.
En el 2025 se cumplirán diez años de la unidad social contra la corrupción y será un año propicio para ahondar en esa alternativa al Movimiento Semilla.