CON OTRA MIRADA
Injerencia extranjera / resultados negativos
“Tal vez sea un hijo de p…, pero es nuestro hijo de p…” fue la frase con la que el presidente Franklin Roosevelt (1933-1945) se refirió al presidente Anastasio Somoza cuando aquella potencia hacía y deshacía, instigaba golpes de Estado o colocaba dictadores, con tal de alejar el peligro comunista al sur del río Bravo.
Frase que la tradición oral guatemalteca endilgó al presidente Dwight Eisenhower en 1954, para referirse a Carlos Castillo Armas, al ser comprado por la CIA para defenestrar al gobierno de Jacobo Árbenz, al entrar en vigor el decreto 900, Ley de Reforma Agraria, con la que terratenientes y Ufco se sintieron amenazados de perder los privilegios territoriales y fiscales que gobiernos anteriores habían concedido graciosamente. Lamentable hecho, sin duda, que Diego Rivera y Rina Lazo plasmaron en el mural Gloriosa Victoria, preparado para llevar a países de Europa del Este, junto a obras de miembros del Frente Nacional de Artes Plásticas de México. Después de la exposición, Rivera decidió donarla a la Clase Obrera de la Unión Soviética. Stalin ordenó guardarla en el Museo Pushkin, en donde permaneció hasta 2007, cuando fue redescubierta, pues se creyó perdida.
La obra llegó a Guatemala, por solicitud del presidente Álvaro Colom Caballeros, para exponerla en el Palacio Nacional durante la celebración ¡Oh Revolución!, en Oct2010. Al centro del cuadro está Carlos Castillo Armas, quien, con gesto deshonroso, saluda al secretario de Estado John Foster Dulles bajo la mirada de su hermano Allen Dulles, director de la CIA, y del embajador John Peurifoy. Atrás los militares alfiles Élfego Monzón y Trinidad Oliva, junto a monseñor Mariano Rossell Arellano, quien bendice la invasión.
' A partir de entonces, terratenientes y empresarios consolidaron su poder político a través del mercado.
José María Magaña Juárez
Pasaron 69 años. A partir de entonces, terratenientes y empresarios consolidaron su poder político a través del mercado, con el respaldo de EE. UU., que propuso se aglutinaran en un cuerpo con presencia legal en el Estado, a fin de asegurar la estabilidad económica y política y, de paso, asegurar que el comunismo dejara de ser una amenaza para su país. Privilegio que se alcanzó reformando la Constitución y dictando leyes ordinarias.
Por eso hoy, después de un proceso electoral plagado de vicios celebrado el domingo 25Jun2023, el sorpresivo resultado demostró que fallaron sus cálculos, planes y estrategias, pues de los cuatro candidatos impulsados, solo uno logró pasar. La sorpresa la dio el Movimiento Semilla, al que nadie consideró a pesar del buen desempeño de la bancada en el Congreso de la República, que fue apoyado por un pueblo harto de la corrupción e ilegalidades llevadas a límites indecibles, junto a la clara conciencia de una juventud admirablemente consciente de sus derechos y claras aspiraciones.
Ese inesperado resultado hizo entrar en pánico a la superestructura corrupta, adueñada del país que, en su afán por retener el poder, recurre a argucias inimaginables y burdas, propias de una mala obra de teatro del absurdo. La candidata que alcanzó el primer lugar ha sido útil y eficiente colaboradora del sistema, aunque nunca de su beneplácito por tratarse de una socialista. Pero, ante las circunstancias, como en el caso de Anastasio Somoza y Castillo Armas, a los ojos de Eisenhower y Roosevelt, a quienes tanto le deben, repiten una y otra vez, como un mantra: “Tal vez sea socialista, pero es nuestra socialista”. Tal vez… socialista, Tal vez… nuestra socialista… creyendo que se repetirá la historia de 1954.
No saben qué hacer. Nada les sale bien y en su intento por mantener sus privilegios, juegan con fuego.