Infraestructura y talento para el futuro
Debemos enfocarnos en lo esencial, y eso es impulsar el desarrollo de las micro y pequeñas empresas rurales que generan oportunidades.

Guatemala posee un tesoro de talento inagotable en sus generaciones de habitantes. Por supuesto, el cultivo de las inteligencias de la niñez y juventud debe ser una prioridad, de cara a los grandes desafíos del futuro.
Este país vivió un terrible conflicto armado que nos hizo perder muchas inteligencias, pero que también representó retrocesos y destrucción de infraestructura, de tejido social; retrasó la construcción de carreteras, hospitales, escuelas. En muchas regiones rurales no hay rutas asfaltadas ni electricidad. Pero sí hay población productiva que se las ingenia para sobrevivir con la agricultura, la artesanía, la elaboración de productos hechos a mano con la autenticidad de sus culturas. Sin embargo, hay enormes barreras para poder llevar sus productos a las plazas de mercado, a locales de venta o incluso a la distribución en línea.
El conflicto terminó hace casi 30 años, pero todavía hay grupos que inducen la división porque esa es su arma para mantener a la población distraída de los grandes temas que de verdad importan. Hace apenas una semana, el país estaba paralizado por bloqueos surgidos a partir de una polémica que varios grupos se encargaron de agudizar. Mientras tanto, había enormes filas de vehículos, mercaderías que no llegaron a su destino, turistas varados y asustados, incluso algunos eventos de violencia que solo causan daño al país.
Los guatemaltecos no debemos permitir que nos dividan y sí unirnos en favor del desarrollo de las comunidades y para exigir que los poderes del Estado trabajen en favor de la gente, no de intereses oscuros.
No debemos dejar que nos dividan polémicas de corto plazo: necesitamos generar futuro para nuestros hijos.
Y la única forma en que pueden demostrar ese trabajo es generando la infraestructura legal, institucional y logística para posibilitar la productividad y las oportunidades de emprendimiento. Lo legal e institucional implica facilidades para registrar emprendimientos, autoría de productos y poder hacer trámites mediante firma electrónica; la logística es plantear un vasto plan de interconexión nacional de carreteras físicas, pero también de servicios de conectividad digital de alta velocidad competitiva a un costo eficiente.
El comercio digital que se teje desde ya es y será uno de los pilares fundamentales para llevar desarrollo a las comunidades rurales y a los emprendedores. Ayudarles a completar el ciclo productivo con asesoría técnica, fomento de la innovación y respeto a los derechos sobre sus conceptos y productos forma parte de una nueva visión de crecimiento.
Pero necesitamos estar enfocados en lo que queremos y no distraídos en polémicas inducidas que solo benefician a los mismos grupos que viven a costillas de la población.
Más del 80% de los empleos en el país son generados por micro y pequeñas empresas, sí, por emprendedores en pueblos, municipios y barrios. Potenciar su expansión, facilitar su tecnificación y visibilizar su producción son las herramientas claves para reducir la migración forzada.
Guatemala no puede seguir dependiendo solo de las remesas migrantes, cuyo monto es asombroso y todavía puede alcanzar nuevos récords, pero que no es un recurso sostenible. Necesitamos volver la vista a nuestros propios recursos humanos, así como a nuestra riqueza cultural y natural para convertirnos en un auténtico hub de turismo, negocios e industria comunitaria: pero para ello se necesita infraestructura en donde transiten los datos, las mercancías y por supuesto los creadores de esa riqueza. Ese debe ser nuestro objetivo primordial y eso es lo que se debe exigir a las autoridades del Ejecutivo, el Congreso y el Organismo Judicial. De lo contrario, seguiremos polarizados y sin la visión de futuro; es decir, sin horizonte para los niños y jóvenes.