Holodomor es una combinación de palabras ucranianas: “inanición” y “causar la muerte”; es decir, matar de hambre. Con este nombre se conoce la gran hambruna que azotó Ucrania en 1932 y 1933, hace noventa años, que mató a millones de sus habitantes. Persiste discusión académica sobre la cantidad de muertes y las causas precisas de la hambruna; no hay discusión de que la catástrofe ocurrió en “tiempos de paz”. Las estimaciones sobre la cantidad de muertes varían. Una publicación de la ONU (2003) declaró que de siete a 10 millones perecieron; estudios contemporáneos estiman de cuatro a siete millones. Durante esa época, Ucrania era una república de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la URSS, mejor conocida como la Unión Soviética. Fue hasta la década de 1980 y luego del colapso y desintegración de la Unión Soviética en 1991 que se publicaron documentos históricos y surgió más información sobre el Holodomor.

La colectivización de la producción agrícola se implantó con violencia en la Unión Soviética a partir de 1928, mientras se consolidaba la dictadura de Joseph Stalin. La drástica política buscaba integrar a pequeñas propiedades individuales de tierra y campesinos en grandes fincas colectivas dirigidas por el gobierno. “Los líderes del partido comunista soviético confiaban en que sustituir pequeñas fincas campesinas individuales por grandes operaciones agrícolas colectivas aumentaría rápidamente la producción de alimentos para la población urbana, el suministro de materias primas para la industria y las exportaciones de productos agrícolas para financiar la industrialización”. Pequeños campesinos fueron obligados a entregar sus tierras, ganado, animales de corral, toda maquinaria, y a trabajar en las fincas colectivas para construir el socialismo. En pocos años se colectivizó 91% de la tierra bajo producción y fue durante esta época que se dieron varias hambrunas en la Unión Soviética, con extrema severidad en Ucrania y Moldavia.

La producción agrícola decayó marcadamente, y no por guerra, plagas o sequía, sino como consecuencia de la colectivización y las elevadas cuotas que los colectivos estaban obligados a producir para el gobierno. En vista de que los colectivos no alcanzaban a cumplir con las cuotas de entrega, las autoridades confiscaban cuanto grano y alimento tuvieran los campesinos. Así se explica cómo el Holodomor y otras hambrunas de esos tiempos fueron causadas por “errores” en políticas. Hay evidencia que sustenta otras explicaciones. El campesinado ucraniano, en su mayoría agricultores de subsistencia, mostró especial resistencia a entregar sus tierras. Alex de Waal (2018) explica: “La hambruna de Ucrania fue causada tanto por calamitosas políticas socioeconómicas como con el objeto de reprimir y castigar a una población en particular”. En una práctica demográfica represiva acostumbrada por Stalin fueron deportados decenas de miles de campesinos ucranianos a Siberia y repobladas áreas, mayormente en el oriente, con campesinos rusos, para suplir la falta de mano de obra causada por la hambruna y la deportación.

En paralelo a la colectivización de la producción agrícola en la Unión Soviética, la maquinaria de la policía secreta de Stalin se dedicaba al masivo arresto y envío de millones de personas a colonias penales, por “crímenes políticos”, para suplir con presos la mano de obra para los grandes proyectos de infraestructura del régimen.

Ucrania se libró una vez más del yugo ruso y se independizó cuando cayó la Unión Soviética. Los designios de Rusia sobre Ucrania no empezaron en febrero 2022.