ECONOMÍA PARA TODOS
Historia de la universidad en Guatemala
Un viento fresco lo proporciona el libro de la doctora Linda Paz-Quezada, titulado Historia de la Universidad en Guatemala 1676-2021. Y su impacto en la Cultura. Independiente Editorial Digital. Universidad del Istmo. Guatemala, abril 2022. 278 páginas.
' El alumnado universitario inscrito: USAC 203,418 (el 51%); y las universidades privadas 196,797 (el 49%).
José Molina Calderón
En esta semana las universidades han estado en la mira nacional, por la elección del Rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala, USAC, y por la elección del Fiscal General.
Se ha escrito mucho sobre la historia de la USAC, tanto desde una óptica institucional como desde el punto de vista de autores independientes. La diferencia de esta investigación es que incluye a las universidades privadas del país. Con estos elementos se puede tener una concepción, una idea, aunque siempre incompleta, de la realidad universitaria en plena época de la pandemia del COVID-19, que, así como la independencia de 1821, marca un antes y un después del quehacer universitario, con la esperanza de que no cambie su esencia, sino solo la manera de operar.
La información consultada ha permitido llevar un hilo conductor y posteriormente finalizar con un análisis de la educación superior en Guatemala.
Se procede a exponer la realidad educativa de la Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, hoy La Antigua Guatemala, asentada en el Valle de Panchoy. En esa urbe se fundó la primera universidad de Guatemala en 1676 con la autorización del rey Carlos II y del Papa Inocencio XI, donde también, funcionó con su categoría de real y pontificia durante 145 años, la Universidad de San Carlos de Borromeo de Guatemala.
Posteriormente, se despliegan las dificultades de la Universidad cuando se decretó su traslado de ciudad, debido a los terremotos de Santa Marta en 1773. Dicho traslado sucedió cuatro años después; luego surgieron los inconvenientes que tuvo para operar, mientras se habilitaban sus nuevas instalaciones.
Aunque en la Independencia de 1821 participaron autoridades universitarias y graduados, la vida universitaria se complicó a raíz de esta gesta. El modelo que siguieron los gobiernos liberales fue el de la Universidad napoleónica al servicio del Estado. La Universidad perdió su autonomía y por lo tanto, la libertad de cátedra e investigación, así como la esencia de la docencia.
La institución atravesó por múltiples vaivenes y dificultades hasta que el 20 de octubre de 1944, fue derrocado el Presidente Federico Ponce Vaides, sucesor del régimen dictatorial ubiquista. Nació entonces una nueva etapa para la educación superior. La Revolución de Octubre abrió el camino a la autonomía universitaria estatal, y las constituciones políticas a partir de 1945 ratificaron esa autonomía, y posteriormente se abrió el espacio para la creación de universidades privadas.
La Universidad se vio complicada a partir de 1960 por el conflicto armado interno que, aunque parecía que sería breve, tomó terreno en Guatemala en el marco de la guerra fría, durante 36 años e impactó toda la vida del país, así como la vida universitaria, especialmente la de la Universidad de San Carlos.
La Constitución de 1985 les confirió a las universidades el mandato de participar en la elección de magistrados para diferentes cortes y estar presente en instituciones clave, realidad que ha involucrado a estas instituciones en la vida política del país.
Se concluye con un balance sobre el legado que la Universidad ha heredado a las generaciones actuales.
Conforme el último Censo de Población de 2018, el alumnado universitario inscrito en las universidades fue de 400,213, de los cuales la USAC tiene 203,418 (el 51%) y las universidades privadas 196,797 (49%).