En abril de 2019, un individuo llevó una computadora personal (laptop) a un taller de reparación en Wilmington, Delaware, con la instrucción de que se intentara recuperar el disco duro. El individuo no volvió al taller. En el proceso de recuperar el disco duro, el dueño del taller, John Paul Mac Isaac, observó correos electrónicos e información que le perturbó. Hizo llegar una copia del disco duro a Rudy Giuliani, exalcalde y fiscal general de Nueva York, quien lo entregó al New York Post, el periódico más antiguo de esa ciudad. Mac Isaac también informó al FBI sobre la laptop; en diciembre de 2019 agentes se presentaron a su taller para confiscarla. La laptop era de Hunter Biden, hijo de Joe Biden.

El 14 de octubre de 2020, tres semanas antes de la elección presidencial entre Trump y Biden, el New York Post publicó unos correos provenientes de la laptop, que parecían indicar que Hunter Biden había intentado arreglar reuniones entre su padre y funcionarios de Burisma, una empresa petrolera de Ucrania. Los medios de comunicación rápidamente etiquetaron la noticia como una campaña de mentiras impulsada por Donald Trump. Más de 50 exfuncionarios de los servicios de inteligencia de EE. UU., incluyendo exdirectores de la CIA como John Brennan, Leon Panetta, Michael Hayden, John McLaughlin y Michael Morell firmaron una carta previniendo al público de que probablemente se trataba de una campaña de “desinformación rusa” para afectar el resultado de las elecciones. Twitter y Facebook bloquearon acceso a la publicación del Post y otras redes sociales pronto se alinearon para desaparecer la noticia.

Con el transcurso del tiempo ha salido a luz más contenido de la laptop, revelando cuantiosa información sobre los negocios de Hunter. Derivado de análisis forense, medios como el New York Times, Washington Post, CNN, MSNBC y otros que se apresuraron a descalificar la noticia original reconocen que la laptop efectivamente pertenecía a Hunter Biden. A la fecha no se han disculpado por el tratamiento que dieron al reportaje del NY Post, como tampoco los exdirectores y funcionarios de la CIA han firmado carta lamentando su error de calificarlo como desinformación rusa.

Hay hechos que se conocen con certeza, independientemente de la laptop. Hunter Biden fue miembro del consejo directivo de la petrolera ucraniana Burisma de 2014 a 2019, que le pagó honorarios por millones de US$, mientras su padre era vicepresidente de EE. UU. Luego de acompañar a su padre en una visita oficial a China, Hunter obtuvo contratos millonarios con un banco estatal de ese país. El 26 de octubre, el senador Chuck Grassley envió una carta al fiscal de Delaware, en la que documenta transferencias millonarias de empresas estatales chinas (CEFC) a empresas de Hunter Biden, negocios en los que también está involucrado su tío James, hermano de Joe.

En una entrevista con Joe Rogan en agosto de 2022, Mark Zuckerberg, director de Facebook, declaró que una advertencia del FBI sobre una posible campaña de desinformación rusa los llevó a retirar contenido sobre la laptop. Al comprar y tomar control de Twitter, Ellon Musk brindó a tres periodistas independientes acceso a los registros de la empresa; han dado a conocer cómo se suprimió información sobre Hunter y otra “desinformación”.

Hay mucha tela que cortar sobre los negocios de Hunter Biden y el tráfico de influencias; cualquier sugerencia de que su padre pudiera estar involucrado es tratada con guantes de seda por los medios, si es que le prestan atención. No es noticia; es desinformación rusa, o conspiración de la extrema derecha.