IDEAS

Hay que quitar el impuesto al combustible

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Cada cierto tiempo volvemos a escuchar los mismos lamentos: los combustibles y el gas están subiendo de precio, por tanto, “el gobierno ‘tiene que hacer algo’ para aliviar nuestras penas”. Pues para aliviar la carga que representan los altos precios de los combustibles para los guatemaltecos, lo único que realmente puede hacer el gobierno, pero no lo quiere hacer, es quitarle impuestos.

' Lo único que realmente puede hacer el gobierno, pero no lo quiere hacer, es quitarles impuestos a los combustibles.

Jorge Jacobs

¿Qué más podría hacer el gobierno? Nada más. No puede amenazar a los productores de petróleo que si no le bajan el precio ya no vamos a comprar. Me gustaría ver la carcajada de Putin o del príncipe heredero de Arabia al recibir una “amenazante” carta de Giammattei en ese sentido. Aunque realmente tendría que ser al CEO de alguna de las empresas que les venden combustibles a las empresas importadoras guatemaltecas, que igualmente se reiría al leerla.

Tampoco pueden ponerles precios topes a los combustibles, porque lo único que lograrían es que haya escasez de combustible, largas colas en las gasolineras y que entre más gasolina de contrabando. Veríamos a los “pushers” de drogas reconvirtiéndose para ofrecer gasolina a precios mucho más altos que los establecidos por el gobierno. Casi puedo imaginar la gasolinera hechiza en El Gallito.

La única otra opción que le queda al gobierno es la más obvia: quitarles los impuestos a los combustibles. La mayor parte de personas no tiene idea que con cada galón de gasolina que le hecha a su carro, moto o camión, hay un impuesto específico —adicional al IVA— que está pagando. En la gasolina súper son Q4.70 por cada galón. En la gasolina regular con Q4.60 por cada galón. Y hasta en el gas propano, se paga un impuesto de Q0.50 por cada galón, lo que implica que en un cilindro de 25 libras se paga un impuesto de Q2.80.

Si a usted eso no le parece mucho, déjeme contarle que, de galoncito en galoncito, el gobierno se ha embolsado, entre enero y septiembre de este año 3 mil millones de quetzales, solamente de este impuesto.

Lo peor de todo es que este es un impuesto inconstitucional. La Corte de Constitucionalidad ya lo declaró así desde hace más de 15 años, pero los diputados de esa época, en uno de los mejores ejemplos de “fraude de ley”, le jugaron la vuelta a la CC y solo le cambiaron la redacción a la ley del impuesto, para decir que ya no era inconstitucional y seguir cobrándolo.

Pero como aquí, la ley, la Constitución y la Carabina de Ambrosio a los políticos y a los funcionarios les vienen del norte, no importa que sea inconstitucional, si les va a representar ingresos de 4 mil millones de quetzales al año.

Quitar el impuesto inconstitucional a la distribución de petróleo crudo y combustibles derivados del petróleo es lo único que realmente podrían hacer los diputados y el gobierno para que los guatemaltecos pudieran conseguir gasolina más barata en las actuales circunstancias, pero nunca lo van a hacer.

De allí solo queda esperar que baje el precio internacional del petróleo, lo que seguramente va a llevar mucho tiempo, ya que el presidente Biden se encargó, desde sus primeros días en la Casa Blanca, de garantizar que en Estados Unidos se produzca cada vez menos petróleo, argumentando que lo hacía por el cuidado del ambiente. Pues bien, la consecuencia lógica de esa decisión es que subiera el precio del petróleo. Fue solo cuando se incrementó más del doble la producción de petróleo en EE. UU. en la década pasada que el precio bajó. Ahora, sin ese factor, el precio se mantendrá alto mucho tiempo.

Y como no le van a quitar los impuestos porque eso es anatema para los actuales funcionarios, lo único que le queda a la población es tratar de reducir su consumo de combustibles.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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