Aleph

Hace un año y hoy

Hace un año, las cortes comenzaron a agilizar procesos judiciales para liberar a los amigos del pacto de corrupción y mandar a más de sus enemigos a prisión.

Hace un año, aproximadamente, las mafias intentaban, por todos los medios, invalidar los resultados de las elecciones en Guatemala. Hace un año, la Corte de Corrupcionalidad (CC) tenía muy claro quiénes eran los patrones a los cuales debía servir. Hace un año, el Ministerio Público estaba mucho más fortalecido que hoy. Hace un año, las cortes comenzaron a agilizar procesos judiciales para liberar a los amigos del pacto de corrupción y mandar a más de sus enemigos a prisión. Hace un año, el golpe de Estado latía aún fuerte en las entrañas de Guatemala.

Queremos resultados rápidos, lo cual en este contexto, es casi imposible.

Hoy, algunas cosas han cambiado a nivel de institucionalidad estatal y construcción democrática, aunque el gusto ciudadano por el látigo y la mano dura, permanece. Somos una sociedad acostumbrada a que nos somaten el puño en la mesa. Eso tampoco cambiará de la noche a la mañana. Queremos resultados rápidos, lo cual en este contexto, es casi imposible, ya que los parásitos están enquistados en la estructura del Estado y sus complicidades son infinitas. Sin embargo, en las últimas semanas, han sucedido al menos tres hechos fundamentales que saben a democracia.

El primero, es el arduo trabajo alrededor de la elección de cortes y los eventos inéditos que se dieron durante el proceso, a pesar de que varios grupos de poder asociados al pacto de corrupción intentaron boicotearlo desde el inicio. Mazariegos, Porras, Vásquez, Pimentel, Alejos, Gálvez, Urrutia, el Rey del Tenis y otros, se quedaron sin varios de sus operadores en las cortes, aunque hubo unos “grises” que pasaron. Y aunque la felicidad nunca es completa, Mazariegos y Cía. quedaron fuera de las Postuladoras desde el inicio, con lo cual la USAC dejó de presidir las postuladoras, lo cual habría sido desastroso en este momento. Los corruptos comienzan a quedarse solos, como le sucedió también a Curruchiche, Urrutia, el esposo de Consuelo Porras y tantos más que traían consigo una cola muy larga.

Representantes decentes de distintos grupos de la sociedad civil organizada participaron, no solo en las Comisiones de Selección a las cualles llegaron a través de una nueva planilla del CANG, sino como observadores del proceso. Entre esos últimos contamos a los grupos que llevan años luchando por la justicia, pero principalmente a las autoridades de los pueblos originarios, que asistieron a la sede de la Universidad Rafael Landívar a dar nuevamente la cara y presenciar todo el proceso de elección. En este primer punto, cabe resaltar también la transparencia del proceso, además de la participación ciudadana. Escuchar, en una de las sesiones, a uno por uno de los integrantes de las comisiones decir: “me abstengo”, “en esta ocasión mi voto es favorable” o “voto en contra, señor presidente”, me hizo sentir como un privilegio algo que deberíamos considerar como un derecho incuestionable: ejercer  nuestra ciudadanía en los procesos que nos impactan cotidianamente.

Un segundo hecho fundamental, fue que, al día siguiente de que ambas Postuladoras presentaran la nómina al Congreso de la República (donde esperamos que den la talla democrática que el país necesita), la sala primera del tribunal de lo contencioso administrativo emitió una resolución judicial que ordenaba al Consejo Superior Universitario (CSU) convocar a elecciones en un plazo máximo de 5 días para reemplazar a sus miembros, cuyos cargos están vencidos. El CSU, en apoyo al rector que llegó a la USAC por fraude, opta por desobedecer la resolución judicial. Más allá de la autonomía universitaria y demás enredos legales, es evidente el atrincheramiento y la falta de ética de quienes tienen a la universidad pública de rodillas.

El tercer hecho a mencionar es que la CC rectificó y revocó hoy el amparo presentado por Jorge Mondal y Luis Suárez (que de por sí era ilegal), para continuar en sus cargos en el Banco de los Trabajadores. Siendo así, el presidente Arévalo puede destituirlos. ¿A qué debemos esos cambios en algunos magistrados de la CC? Cierro, como los alcohólicos anónimos, diciendo: “un día a la vez”.

ESCRITO POR:

Carolina Escobar Sarti

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Salamanca. Escritora, profesora universitaria, activista de DDHH por la niñez, adolescencia y juventud, especialmente por las niñas.