Con otra mirada

Guatemala desconoce héroes, pero alaba tiranos

Generó nombres que engrosan la lista de los nuevos vendepatrias de nuestra historia.

Cuauhtemallan (lugar de muchos árboles), nombre náhuatl de la actual Guatemala. Forma parte del continente americano culturalmente llamado Mesoamérica. Comprende la mitad meridional de México, los territorios de Guatemala, El Salvador, Belice, Honduras, el occidente de Nicaragua y Costa Rica. Territorio con presencia de la cultura Olmeca entre los siglos XV y XII a. C. donde florecieron los predominantes aztecas y mayas hasta la invasión española, cuando en 1521 Hernán Cortés llegó a Tenochtitlan (México) y en 1524 envió a Pedro de Alvarado a incursionar hacia el sur, en territorio dominado por pequeños reinos, entre estos, el k’iche y el kaqchikel. Es decir, más 7000 años de cultura precolombina.

Un grueso sector de la población, por reflejo condicionado, adoptó esa actitud con la que desprecia la hidalguía.

Del encuentro de Alvarado con aquellos ejércitos hay versiones escritas y pictográficas que la cultura dominante ignoró; testimonio de quienes hasta hoy aducen una temible invasión, mas no conquista plena, con sustento en que sus idiomas, tradiciones y cosmovisión prevalecen. De aquella incursión, el 12Feb1524 y la sangrienta batalla del día 20, existe testimonio de la presencia de uno de los señores de la ciudad de Q’umarkaj: Tecún Umán, a quién el Estado declaró Héroe Nacional durante el gobierno del general e ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes (1958-63) y estableció el 20 de febrero, día para conmemorar la batalla en la que murió en defensa del territorio nacional. El Decreto 1334 del 22Mzo1960 también instituyó erigirle monumentos en las cabeceras departamentales y organizar en los centros educativos actos en su memoria.

En plena guerra interna (1960-1996) durante el brutal gobierno de Fernando Lucas García (1978-1982) la Marimba, previamente declarada Símbolo Patrio, fue declarado Instrumento Nacional y el 20 de febrero Día de la Marimba (Decreto 66-78) en un obvio y efectivo despojo a los pueblos indígenas del Héroe Nacional, mientras se los combatía so pretexto de su reclamo de derechos cívicos, culturales, tenencia de la tierra y endilgaba participación revolucionaria, de origen comunista, en contra del statu quo.

En Guatemala la discriminación racial tiene infinidad de matices, empezando por los propios de los reinos precolombinos, que la invasión española redujo a indios vs. castellanos. Simplificación que subsistió tras la independencia de 1821, cuando españoles, criollos y mestizos la hicieron suya desde el poder político y económico. Enaltecieron la figura del sanguinario Pedro de Alvarado, con la que se identifican y dieron lugar a la división de clases sociales como la conocemos hoy. Con esa actitud, la clase dominante repudia los méritos culturales, artísticos y profesionales del resto de la población e insiste en desconocer la herencia cultural indígena, representada por los 48 Cantones de Totonicapán.

Un grueso sector de la población, por reflejo condicionado, adoptó esa actitud con la que desprecia la hidalguía mantenida por esa organización, durante 106 días, en el último proceso electoral cuando fungió, junto a siete pueblos más, como catalizador público en defensa de la democracia y respeto a la Constitución. Defensa que contrasta con el afán del oficialismo por exaltar la figura de tiranos, a quienes erige monumentos y bautiza con su nombre obras públicas, entre otros: Dolores Bedolla, Rafael Carrera y Jorge Ubico, cuya sola mención refleja desconocimiento de la historia e inexistentes valores cívicos de quien los propone.  

El Pacto de Corruptos formado en Sept2017 con representantes variopintos del espectro político, empresarial y burocrático generó, sin traza de vergüenza, nombres que engrosan la lista de los nuevos vendepatrias de nuestra historia, que sin duda esperan turno para ser inmortalizados en la obra pública. Confío en que no lo alcancen.

ESCRITO POR:

José María Magaña

Arquitecto -USAC- / Conservador de Arquitectura -ICCROM-. Residente restauración Catedral Metropolitana y segundo Conservador de La Antigua Guatemala. Cofundador de la figura legal del Centro Histórico de Guatemala.