RINCÓN DE PETUL

Guatemala, cerca de Catar

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En el calor del amor, entrepiernados, los dos se abrazan. El beso en su mejilla dice más que todas las palabras. Se miran, adentro, a los ojos, profundo y penetrado. Él, con sus dedos, le peina el pelo a ella. Se conectan, una y otra vez. La plaza es estadio para el tierno gesto entre dos. Pero la pareja mide mal sus circunstancias. Visita Catar para el Mundial que inicia la próxima semana. Su acto traspasó las leyes del lugar. Por mucho, excedieron las máximas muestras de afecto aprobadas para lugares en público. En esos países del Golfo, tomarse de la mano en la calle sí es permitido. Pero nada mucho más que eso. No vale de dónde venga la pareja; ni vale que no valore para tanto la privacidad. Nada importa lo escrito una vez ya por Cortázar. Que “el amor pide calle, pide viento”, que el amor “no sabe morir en soledad”. Los confines de la alcoba son lo permitido. Es la ley en Estados religiosos que tienden a ser severos en el juicio del comportamiento afectivo de las personas.

' Mostramos, repetidamente, ser un lunar que se niega a identificar el norte.

Pedro Pablo Solares

El Mundial FIFA de Catar 2022 será un evento lleno de importantes observaciones y curiosidades en el choque de dos mundos contradictorios. Actos cotidianos en el mundo más occidental están incluidos en leyes penales, con tipificación y aplicación ambiguas y arbitrarias. Así, conductas asociadas a tomar alcohol; ciertas formas interactuar con los locales; o incluso, ciertas prendas que muestren hombros o rodillas pueden estar encuadradas en la ley como una ofensa castigable con prisión, o incluso con el azotamiento. Castigo aplicable a la afectividad mostrada por aquella pareja del inicio que viene de un lugar que ha trascendido esa clase de observaciones. Y no es que no las haya tenido antes, pues una vez, similares fueron sus gobernanzas. Registro quedó de lo medieval, donde el sexo, por ejemplo, era permitido, pero solo en la tradicional posición misionera. El objetivo del clérigo legislador era lograr la menor cantidad de placer posible entre las parejas del reinado.

En los países más desarrollados, las normas morales antiguas llegan a percibirse como anécdotas irrisorias. Y, peor aún, el pretender que estas lleguen a ser incluidas como parte de la visión y legislación nacionales, es visto como un flagrante atropello a la individualidad del ciudadano. Así, la sexualidad, se entiende como una sagrada decisión personal. Esto, con el acompañamiento de la ley, en pro de un trato igualitario para todos los ciudadanos. Se extiende hacia un respeto real entre los pares: en las familias; en los vecindarios; en los lugares de trabajo y en las escuelas. Violar estas normas es considerado un insulto. Quien intenta imponer superioridad moral sobre la base de sus propias creencias, no es visto como nada más que un cretino. Políticos asociados a modelos corrompidos aún promueven discursos antiguos alrededor del planeta, incluso en los lugares evolucionados. Pero tienden a ser vistos como populistas y vulgares, y pierden fuerza paulatina y sostenidamente.

Guatemala, sin embargo, muestra repetidamente ser lunar, que se niega a identificar el norte. Los miedos, la ignorancia, dominan al ciudadano común, que cae repetidamente con los políticos que capitalizan los vacíos, impulsando mensajes moralistas, repletos de hipocresía. Aquí, políticos en relaciones abiertamente no heterogéneas, navegan sobre el discurso de lo tradicional. Candidatos con múltiples divorcios se presentan con posiciones que condenan a quien no sigue el modelo tradicional cristiano. Y diputados montados sobre esa ola, se exhiben emborrachados, en deplorables condiciones, exponiendo su hipocresía. Guatemala, corrompida, acepta las posturas moralinas. Acepta agendas dobles, que se sabe, tienen amplia aceptación. Niegan derechos. Restringen libertades. Y condenan la vida real. Viene el Mundial, y se espantarán de ver el choque de culturas en Catar. Serán ciegos en su actuar, incapaces de ver, que en tanto se parecen. Aunque tanto lo deploren. Aunque tanto les avergüence.

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.