Hagamos la diferencia
Grandes proyectos son posibles
En campaña todo es posible… ya en el poder se olvidan de las promesas.
Es noticia generalizada el deterioro de la infraestructura vial del país, por la falta de calidad en la construcción de las mismas y mala planificación para realizar obras que resistan las condiciones climáticas actuales, potenciado por la corrupción en las contrataciones; el clamor por mejorarla es generalizado. Sin embargo, el país no solo necesita tener bien lo actual, en lo que hay que trabajar con urgencia, sino que es imperativo realizar obras de infraestructura de gran envergadura, si realmente se quieren hacer cambios significativos en el país. Tenemos ya un buen tiempo sin que se ejecuten proyectos estratégicos para el país. Alejandro Giammattei en campaña y en los primeros días de su gobierno ofreció la construcción del Tren Rápido de Guatemala (TRG), con bombos y platillos anunció esta megaobra, la que no volvió a mencionar ni mucho menos construir en su gobierno. El proyecto, si bien necesitaba una fuerte inversión, sí era posible, si se buscaban los mecanismos de financiamiento adecuados. En el se indicaba que iba a ser el primer tren de alta velocidad de última generación en América Latina, con la ubicación de 22 puntos estratégicos de innovación y desarrollo que conectarían con el mismo, se planteaba que correrían dos vías una de pasajeros y la otra de carga. La energía sería provista por tres parques eólicos, cinco granjas solares y tres plantas de energía geotérmica, las que además proveerían energía a las comunidades. Sería prácticamente un conector de todo el país, correría en un círculo perimetral. En su presentación se indicó que sería la base del desarrollo del país.
Urge trabajar proyectos de gran envergadura, si realmente queremos que el país desarrolle.
Durante la campaña electoral recién pasada los candidatos finales hablaron sobre la construcción de un metro subterráneo en la ciudad de Guatemala. En marzo se anunció que se tuvo una reunión para abordar el tema con representantes del Banco Mundial, la Agencia Nacional de Alianzas para el Desarrollo de Infraestructura Económica (Anadie) y el Ministerio de Finanzas. Se informó que se tiene prevista la construcción de la línea 1, de seis kilómetros de longitud. Entre Ciudad San Cristóbal, Mixco y el Obelisco, que será inaugurada en el 2027. Aseguran que ya se cuenta con estudios de investigación y Anadie presentó la prefactibilidad. La estimación de la inversión necesaria es 7.8 millardos de quetzales. El Ing. Francisco Cirici, con un grupo de 12 profesionales, había presentado una preinversión para la primera línea de 12.4 kilómetros por una inversión menor. Después de ese anuncio, ya no se volvió a escuchar nada al respecto. Pareciera que es otro proyecto engavetado, ya que para inaugurarlo en la fecha indicada deberían ser visibles algunas acciones.
El otro proyecto interesante es la invitación que México ha hecho a Guatemala para que se sume al Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, para transportar mercancías hacia Estados Unidos. Ofrecieron 400 kilómetros de rieles, durmientes y fijaciones para construir 200 kilómetros de vías, el que también ofreció apoyar la nueva presidenta. Guatemala se uniría desde Puerto Quetzal por todo el sur hasta México.
Urge, además, mejorar y construir puertos y aeropuertos y aprovechar las vías férreas para hacer interconexiones con fibra óptica para maximizar la conectividad del país. El sector eléctrico está enfrentando mayor demanda y es importante que se preste atención también al desarrollo de infraestructura eléctrica, pues el otrora orgullo de eficiencia podría pronto caer también en desgracia como otros sectores del país. El potencial que Guatemala tiene para producir energía geotérmica, hídrica, solar y eólica es el mejor de Centroamérica. Fácilmente podríamos bañar de energía toda Centroamérica y el sur de México, por lo que es vergüenza que tengamos que comprar energía a otros países. Sin infraestructura, el país no podrá salir del subdesarrollo. Pero, además, necesitamos invertir en educación, salud y seguridad. Hay que dar los primeros pasos, sin miedo a los grupos que frenan proyectos que no los benefician.