Hagamos la diferencia

Gracias, medallistas

El apoyo al deportista guatemalteco debe cambiar y proporcionárseles recursos en los momentos adecuados.

Con la conclusión de los Juegos Olímpicos, Guatemala celebra a sus tres medallistas olímpicos: Érick Barrondo, plata en marcha, 20 km, en Londres 2012; Jean Pierre Brol, bronce en tiro, foso olímpico masculino, en París 2024, y Adriana Ruano Oliva, oro en tiro, foso olímpico femenino, en París 2024. Han pasado 12 años desde que Guatemala ganó su primera medalla olímpica para volver a tener medallistas olímpicos, y las hazañas de Jean Pierre Brol y Adriana Ruano en estas olimpiadas son verdaderamente dignas de aplauso.

Gracias, Adriana Ruano, Jean Pierre Brol y Érick Barrondo, por haber ganado las primeras medallas olímpicas para Guatemala.

Es importante destacar que estos deportistas lograron sus triunfos por mérito propio, con muy poco apoyo. De hecho, estuvieron a punto de no poder representar a Guatemala debido a las luchas internas de poder en el Comité Olímpico Guatemalteco entre Rodas y Aguirre. Felicitaciones a estos medallistas, sin olvidar a Érick Barrondo, quien nos hizo saborear por primera vez una medalla olímpica, con su plata en el 2012. Las emociones que Jean Pierre Brol nos brindó con su medalla de bronce fueron espectaculares, pero aún más emocionante fue que Adriana Ruano superara ese logro al día siguiente, ganando el oro en un deporte tan exigente. Gracias a ambos por su esfuerzo, determinación y por darnos momentos de alegría en medio de la coyuntura oscura que atraviesa nuestro país.

Es gratificante ver tantas felicitaciones, pero no debemos olvidar que el deporte necesita apoyo constante y que este debe proporcionarse cuando los atletas realmente lo necesitan, no solo después de obtener resultados. Ahora, las empresas premian a los ganadores, pero muchas lo hacen más para aprovecharse del nombre de los medallistas y hacerse publicidad.

Un comentario acertado fue el de Edwin Rocael Cardona Ambrosio, un reflexivo huehueteco, quien escribió: “Dicen que todo lo sabroso es pecado o hace mal. Es indudable que la comida chatarra es muy deliciosa y que amerita degustarla ocasionalmente con descuidito. Gran difusión ha tenido el sensacional ofrecimiento de los grandes productores de comida chatarra de proveer a nuestros medallistas olímpicos con sus productos de por vida, una situación que muchos guatemaltecos me han comentado. No deja de ser un ofrecimiento más propagandístico que otra cosa, un ingenio mediático para hacerse propaganda, colgándose de la figura de los medallistas. Y lo hacen porque saben que no tendrán que incurrir en ningún costo, ya que son conscientes de la preparación académica, especialmente de la medallista de oro, quien es licenciada en nutrición y, si acaso, aceptará degustar estos alimentos muy, pero muy ocasionalmente. Pues ella sabe, por conocimiento científico, que dichos alimentos son ¡¡senderos que conducen directamente al cementerio!!”. Es necesario que los premios otorgados a nuestros atletas tengan un sentido más estratégico que propagandístico. Me gustó el comentario de Brol cuando le preguntaron qué le gustaría recibir como premio, y él respondió que preferiría buenas instalaciones deportivas para que más jóvenes puedan practicar. Para ellos, en lo individual, es mejor recibir premios más sostenibles, como la pensión vitalicia de Q10 mil que se está proponiendo en el Congreso para los medallistas, incluyendo a Barrondo. Algunas empresas lo han comprendido, pero otras solo buscan aprovechar el momento.

La Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala y el Comité Olímpico Guatemalteco deben ser dirigidos por deportistas o exdeportistas honestos y probos, en lugar de oportunistas que se aprovechan para lograr estatus y esquilmar los recursos del país. Se han visto delegaciones en las que los dirigentes gozan de todas las comodidades posibles, mientras a los deportistas se les dan las condiciones mínimas; esto debe cambiar.

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.