Escenario de vida
Financiamiento climático en COP 29 no cubre daños y pérdidas
Países en desarrollo no se explican por qué a última hora se echaron para atrás muchos países desarrollados.
No les voy a mentir, mis queridos lectores, que los resultados que se dieron en la Conferencia de Partes de Cambio Climático de Naciones Unidas (COP29) no fueron lo que se esperaba. El Objetivo Colectivo Cuantificado sobre Financiamiento Climático (NCQG), que entrará en vigor en el 2026, reemplaza el objetivo anual existente de US$100 mil millones, que se cumplió dos años después, en el 2022. El nuevo financiamiento de US$1.3 mil millones (1.3 trillones) no se logró. Se confirmaron solo US$300 mil millones por año para el financiamiento climático.
Los US$300 mil millones representan apenas el 12 % del gasto militar anual del 2023.
Los países en desarrollo no se explican por qué a última hora se echaron para atrás muchos países desarrollados que habían ofrecido financiamientos mucho más altos. Esta cifra de US$300 mil millones no cubre las necesidades de países en desarrollo para daños y pérdidas de países pobres que han sido impactados.
Algunos acusan a la presidencia de la COP de no dirigir las negociaciones correctamente, al estar en manos de Azerbaiyán, un país petrolero. Otros politólogos estiman que el cambio de actitud se debió a la nueva elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, ya que, sin el liderazgo de D. Trump, que no cree en el cambio climático, otros copiarán el ejemplo.
Según Mahir Oourbanov, politólogo y experto en relaciones internacionales de Azerbaiyán, por ser un país líder en el Cáucaso Meridional, está interesado en la colaboración con toda la comunidad internacional. No obstante, al presidir la COP, pienso que era ilógico que quisieran deshacerse de sus combustibles fósiles, que les fortalece su economía. Quizás a Azerbaiyán le faltó el peso geopolítico para convencer a los países desarrollados de priorizar la acción climática, pues son las potencias mundiales las que deben imprimir su liderazgo.
En análisis: 1) No se dieron submetas específicas para adaptación o pérdidas y daños, como pedían los países latinoamericanos. 2. No hay nuevas medidas para alejarse de los combustibles fósiles. 3. No se consiguió que la mayor parte del financiamiento venga libre de préstamos. 5. Se utilizó el término de “movilización”, en lugar de “suministro”, lo que no garantiza la transferencia real de fondos a los países que más los necesitan.
Para Guatemala no todo estuvo perdido. En sus reuniones bilaterales con Estados Unidos-USAID, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos, Semarnat de México, Unión Europea y entidades financieras como el Fondo Verde del Clima, logró fortalecer la cooperación técnica y financiera en temas de energía, transferencia de tecnología, transporte, bosques y desechos y se unió al Compromiso Global sobre el Metano a reducir 30 % para el 2030. Gracias a estas reuniones realizadas por el viceministro del MARN, Edwin Castellanos, Guatemala tendrá la oportunidad de atraer nuevo financiamiento e inversiones.
La embajadora Rita Mishaan enfatizó que los delegados del MARN se lucieron como negociadores, pues recibieron un diplomado antes de partir. Mishaan subraya la importancia de seguir generando un grupo de expertos en el arte de la negociación en idioma inglés, para asegurar que los fondos climáticos nos lleguen.
Finalmente, si los US$300 mil millones representan apenas el 12 % del gasto militar anual del 2023 y a partir de un impuesto, redistribución de presupuestos militares y dejar de subsidiar combustibles fósiles se lograría alrededor del 1 % de la renta mundial anual, según el Center for Global Development. ¿Será esto posible?