Ciudad Vieja, en el valle Almolonga, es el sitio en el que la tradición ubica el segundo asentamiento de Santiago de Guatemala (25Jul1524) a donde fue trasladado en 1527 por Jorge de Alvarado, hermano de Pedro, conquistador de Quauhtlemallan —lugar de muchos árboles—. Los vestigios arqueológicos encontrados por Janos de Szecsy en 1950, ratificados durante la introducción de drenajes en los años 80, confirman su asentamiento en el actual barrio San Miguel Escobar, en tanto que, en aquel sector, habitaban los tlaxcaltecas y los guerreros quauhquecholtecas que acompañaron al invasor desde México.

Cuando en la madrugada del domingo 11Sept1541 bajó el alud del volcán de Agua que arrasó la incipiente ciudad, los franciscanos construían su templo y convento en la actual ciudad vieja. En la catástrofe murieron vecinos y autoridades, incluyendo a Beatriz de la Cueva, viuda de Pedro, que acababa de ser nombrada gobernadora de la provincia de Guatemala, cuya acta de toma de posesión firmó como “la sin ventura Doña Beatriz”. Se discutió sobre su reconstrucción o traslado, optándose por este último, al valle Panchoy, en donde quedó asentada el 10Mzo1543; ahí permaneció, creció y desarrolló hasta los daños causados por el terremoto del 29Jul1773 que provocaron un nuevo traslado. La destrucción de esos asentamientos y la orden de desalojarlos no impidió que parte de la población se afincara en ellos. Tan es así, en el caso de Ciudad Vieja, que los franciscanos siguieron con las obras a lo largo del tiempo, al punto de que la espectacular fachada de la iglesia, dedicada a la Inmaculada Concepción, es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura barroca del siglo XVIII.

La importancia de su población, historia, costumbres y tradiciones hacen de Ciudad Vieja un rico espacio cultural en artesanías, gastronomía y religiosidad. En ese último aspecto destaca la celebración del Día de la Concepción, 8 de diciembre, al que antecede la Quema del Diablo, que limpia e ilumina el camino de la Virgen. Festividades que generan toda clase de expresiones populares con música, baile y teatro en la calle, con ricos parlamentos y profusa quema de pólvora en infinidad de presentaciones en honor de la santa patrona. Su origen dio lugar a investigaciones arqueológicas, como las anotadas de Szecsy en 1950 e históricas recientes, como la de Laura Matthew, Memorias de conquista: De conquistadores indígenas a mexicanos en la Guatemala colonial (Plumsock Mesoamerican Studies/USAC/Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2017) que permitió a la autora incursionar en la comunidad, hacer contacto con sus autoridades, conocer a los vecinos que abrieron las puertas de sus casas e intimar en su seno familiar.

Estando a tres años de celebrar el V Centenario del asentamiento de Santiago en Almolonga, afloraron los preparativos. Con el apoyo de los jóvenes profesionales Carlos Cruz Gómez, arqueólogo, y José Castellanos, historiador, junto al promotor cultural Juan Carlos Martínez, propietario de la Casa del Turista (3ª calle 1-69 zona 4, Ciudad Vieja —atrás de la torre del reloj—) organizaron la exposición Cuadros del pasado, la historia reside en el recuerdo, que está abierta al público del 7Dic2023 al 7En2024.

La exposición es de carácter familiar, con fotografías captadas por distintas generaciones a lo largo del tiempo. Durante el proceso, los vecinos decidieron recuperar su propia historia; experiencia que les permitió afianzar su identidad cultural, gusto por sus tradiciones y amor por su ciudad, de cara al V Centenario… ejemplo encomiable que bien haríamos en imitar y disfrutar, particularmente en cuanto al valor del recuerdo.