La red ferroviaria de Guatemala conectaba en Anguiatú, frontera con El Salvador, y con la capital San Salvador, y de ahí al Golfo de Fonseca en el Puerto de Cutuco —nombre de un árbol—, establecido en 1915. El puerto operó como una estación terminal de ferrocarril para movilización de carga y pasajeros.

Las instalaciones ferroviarias, tanto de Guatemala como de El Salvador, eran propiedad de International Railways of Central America (IRCA), ambas de línea angosta, que transportaban banano, principalmente. Incluyendo la línea principal, ramales y desviaderos, Guatemala contaba con 572 millas (915 km) y El Salvador 315 millas (504 km), para un total de 887 millas (1,419 km).

Este es el Plan de Negocios del Ferrocarril Bicentenario: Los accionistas de la Compañía Ferroviaria, S. A. (Ferrovías), el miércoles 12 de enero del 2022 celebraron una asamblea general con el objetivo de conocer la propuesta de la empresa de origen mexicano Remed, S. A., para ejecutar el proyecto denominado Ferrocarril Bicentenario.

Esta línea está contemplada entre los municipios de Ayutla, San Marcos, a Santa Lucía Cotzumalguapa y a Puerto Quetzal, en Escuintla. Dicho proyecto se refiere específicamente a la construcción de la línea férrea y el funcionamiento de ferrocarril. La asamblea general resolvió autorizar el contrato a la empresa mexicana y rescindir el de una servidumbre que se había firmado recientemente; entraba en conflicto con el de los mexicanos.

El plan de negocios contempla un recorrido de 235 kilómetros de Tecún Umán, San Marcos —frontera con México— a Puerto Quetzal, Escuintla. A esto hay que agregarle 30 kilómetros de la cabecera de Retalhuleu a Puerto de Champerico, en el mismo departamento, para un total de 265 kilómetros. Habrá dos etapas. El primer tramo de Tecún Umán en San Marcos, hasta Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, en los dos primeros años. El segundo tramo de Cotzumalguapa a Puerto Quetzal, al concluir el tramo anterior. En Puerto Quetzal se conectará con un aeropuerto de carga. Se sustituirá la actual línea férrea de vía angosta por una nueva de vía ancha, para conectar con la línea férrea de México, de vía ancha. Los estudios de factibilidad hechos aún no son públicos.

Está considerado que se establezcan zonas francas a lo largo del trayecto. Esto es buena noticia para propietarios de fincas y también para nuevos puestos de trabajo y transporte de pasajeros, cuyo costo del pasaje se espera que sea competitivo con el transporte terrestre. El contrato entre Ferrovías y Remed es de arrendamiento de bienes inmuebles de utilidad ferroviaria, usufructuados a favor de Ferrovías, con un plazo de 26 años, empezando el 24 de enero del 2022, hasta el año 2048. El 4.5 por ciento de los ingresos del arrendamiento por derecho de vía serán para el Estado de Guatemala, y otro 4.5 por ciento por la prestación de los servicios ferroviarios. Se informó que estos porcentajes se determinaron de acuerdo con parámetros internacionales relacionados con operaciones ferroviarias. Fegua asumió la responsabilidad de los desalojos. No se pactó arbitraje internacional. Viene una batalla legal promovida por inconformes en contra del contrato. Se desconocen sus consecuencias.

No se ha informado si se requiere una consulta basada en el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas. A todo inversionista en Guatemala le conviene hacer un chequeo de este aspecto. Se pueden contemplar otros negocios alternos que podrían aprovechar el derecho de vía del ferrocarril para colocar fibra óptica —internet— o implementar un gasoducto. El 82.16 por ciento de las acciones en Ferrovías son propiedad del Estado.