LIBERAL SIN NEO
Expectativa de que vendrá algo mejor
Es notable la ausencia de publicación de encuestas actualizadas sobre el proceso electoral; faltan poco más de dos meses para las elecciones generales. Es magra la información confiable disponible para interpretar la preferencia electoral.
Por la información que se conoce, se mantiene la tendencia en la que Zury Ríos y Sandra Torres lideran la preferencia e intención de voto con cerca de 20% cada una, más menos unos puntos porcentuales. Entre ambas cuentan con cerca de 40% del voto duro. El misterio y aventura de posibilidades es si hay un tercer lugar que consiga cerrar la brecha y superar a una de estas candidatas para entrar a segunda vuelta.
Conozco dos encuestas publicadas con posterioridad a la convocatoria a elecciones el 20 de enero. La encuesta de CID Gallup de la primera semana de febrero 2023 daba a Zury Ríos 21% de la intención de voto, seguida por Sandra Torres, con 20%; Roberto Arzú, 13%; Edmond Mulet, 10%; y Thelma Cabrera, 7%. Ningún otro candidato superaba 3%. Resalta que, en esta encuesta, dos binomios cuya inscripción fue rechazada y cancelada por el TSE, Roberto Arzú y Thelma Cabrera, sumaban 20% de la intención de voto, que equivale aproximadamente al porcentaje que tienen las candidatas que lideran.
La encuesta de TR Research International, publicada el 13 de marzo, tiene a Zury Ríos con 23.3% de la intención de voto, seguida por Sandra Torres, con 17.7%; una diferencia de 5.6%. De acuerdo con los datos de esta encuesta, solo hay un candidato más con dos dígitos de intención de voto: Edmond Mulet, con 16.5%, en tercer lugar, a solamente 1.2% de diferencia con la segunda posición. Le siguen Carlos Pineda, con 8.2%; Manuel Villacorta, 4.9%; y Manuel Conde, 4.7%. Otros, no especificados, suman conjuntamente 13.4%.
' Es improbable que un candidato colero sea catapultado a las primeras posiciones.
Fritz Thomas
Esta semana circuló en redes un documento con una gráfica que dice ser un “conglomerado de encuestas” que muestra cambios significativos en abril. Sin embargo, no contiene ficha técnica ni explica cómo obtuvieron los datos de abril; de tal manera que no puedo citar sus datos.
Hay 23 binomios inscritos para la presidencia y vicepresidencia; la mitad de ellos probablemente no alcanzará 1 o 2% de los votos. No hay debate público, ya que los punteros no tienen nada que ganar con debatir. Dado el corto tiempo y reglas del juego, es improbable que un candidato colero sea catapultado a las primeras posiciones. La carrera es por acercarse suficiente a un tercer lugar que se convierta en segundo, y siempre es posible que surja un cisne negro; especialmente en la política y en Guatemala.
Desconozco el número, pero hay un porcentaje de la opinión pública que percibe que el TSE no ha aplicado las reglas de forma pareja al rechazar ciertas candidaturas. Es razonable que determinadas candidaturas a diputado o alcalde fueran rechazadas por tener el antecedente de haber sido condenados a delitos. A Cabrera y Rodas les han hecho un favor; la diplomacia internacional y comunidad de ONG globalistas los elevará como víctimas de un sistema capturado y se sumarán a ese grupo de exiliados o excluidos “buenos” que aguardan su momento. Excluir a Roberto Arzú está en área gris. La democracia es arriesgada, conlleva la posibilidad de que el pueblo se equivoque; en el largo plazo, es preferible que la sociedad cometa errores con su voto a que funcionarios no electos inclinen la balanza.
Cada cuatro años surge la expectativa de que vendrá algo mejor; una presidencia que lidere con el ejemplo y tenga ideas claras, un congreso que debata de manera sana para impulsar propuestas constructivas. O será; lo que ha sucedido, vuelve a suceder.