Pluma invitada
Etiquetado frontal: ¿advertir o informar a la población?
Si el etiquetado está en todo, no está en nada.
Desde hace varias semanas, se ha estado hablando mediáticamente de la iniciativa 5504 “Ley de promoción de alimentación saludable”. Ya pasó la segunda lectura en el Congreso de la República y ha levantado interés de distintos grupos.
Iniciativa pretende mejorar el valor nutricional de alimentos, pero termina castigándolos.
Como representante de la industria en Guatemala, me parece importante aclarar que no nos oponemos a que se realicen esfuerzos públicos y privados para reducir las tasas de sobrepeso y obesidad. Consideramos que prioritariamente, el abordaje debe ser regional y es por ello que la industria ha respaldado con firmeza, durante años, un proceso ordenado y consensuado para la construcción de una normativa de etiquetado frontal a nivel centroamericano.
En el caso específico de la iniciativa 5504 en Guatemala, por supuesto que queremos promover una alimentación más saludable, pero para realmente lograr el noble propósito de la iniciativa, es esencial enfocarnos en informar a los guatemaltecos para una mejor toma de decisiones, fomentar cambios en el estilo de vida y, al mismo tiempo, promover la innovación en las industrias. La iniciativa 5504 contempla la implementación de sellos de “advertencia nutricional” en los productos, en forma de octágonos negros etiquetados como “Alto En”, que se aplicarán a aquellos productos que sobrepasen el parámetro establecido en la iniciativa para el contenido de nutrientes relevantes para la salud pública, como son el sodio, las grasas saturadas y los azúcares, entre otros. Actualmente, la iniciativa contempla el parámetro de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), utilizado en solo dos países de América Latina, para determinar esos límites. Aquí la pregunta es fácil: ¿Sabría el consumidor distinguir cuál producto es más nutritivo si, en una góndola de supermercado o en la tienda de barrio, encuentra dos productos con la misma cantidad de sellos o sellos iguales? Por ejemplo, si unas galletas dulces tienen el sello de “alto en azúcar”, unas galletas de soda tienen el sello de “alto en sodio” y unas papalinas tienen el sello de “alto en grasas saturadas”, ¿cómo decidiría qué elegir? Además, si dos productos contienen los mismos tres sellos, ¿cómo sabría si las galletas A son mejores que las galletas B? ¿El propósito de la iniciativa de fomentar una alimentación más saludable se estaría cumpliendo o solo estaríamos alertando erróneamente al consumidor? El etiquetado frontal, por un lado, tiene como fin orientar al consumidor y por el otro lado, incentivar a la industria a realizar cambios en sus formulaciones para cada vez más, ofrecer a los consumidores productos con menos contenido de grasas saturadas, sodio y azúcares. La iniciativa de ley en su estado actual establece un parámetro que no incentiva a la industria a innovar sus portafolios. Aunque se reduzca el contenido de nutrientes de interés para la salud pública, los productos seguirán mostrando el mismo sello de advertencia. A su vez, el consumidor terminará perdiendo porque más del 78% de los alimentos preenvasados tendrán sellos, dificultando la comparación y haciendo que el objetivo de promover una mejor toma de decisiones en beneficio de la salud quede sin efecto. La mejora de la salud se debe abordar de una forma integral. Alertar no es informar y lo que necesita el consumidor es aprender a interpretar de mejor forma la información que se le presenta para tomar una decisión. Existen otros modelos gráficos para el etiquetado frontal, diferentes al octágono negro de alerta, que han sido reconocidos por organismos internacionales y podrían aportar de mejor forma al propósito informativo del etiquetado frontal. Estos modelos gráficos, al incorporar parámetros técnicos que incentiven la innovación y reformulación de los productos por las industrias, pueden fomentar una mejora en el perfil nutricional de los alimentos y entonces sí, se promovería realmente una alimentación saludable.