RINCÓN DE PETUL

¿Es mate este jaque?

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El pueblo de Guatemala está unido y colocó en jaque al sistema de corrupción. 7 de octubre, es un sábado diferente. El café de hoy tiene aroma a democracia. Norte, sur, oriente y occidente, unidos, en cohesión, como no recuerdo antes. ¡Que renuncien! es consigna nacional.

' Miserable, el asalto, no fue sepultura, sino combustible.

Pedro Pablo Solares

Miserables, las imágenes de un insustancial fiscal asaltando la elección, quedan hoy hundidas bajo mares de esperanza. Son grupúsculos oscuros los que tienen en sus manos el poder coercitivo del Estado. Así, imprudentes y envalentonados, osaron llevar a cabo un golpe al que llaman blando. Sin fusiles, pero armados de leguleyos bajo salario. Firmaron pantomimas judiciales para botar a un partido político legítimo, solo cuando resultó inesperado ganador. No bastándoles eso, tomaron nuestros votos; tomaron nuestras actas, y atropellaron la indispensable independencia del territorio electoral. Iniciaron amparándose en los repetidos bulos que ya nadie cree. Después, ya ni eso. Ante la mirada atónita del mundo civilizado, se taparon los rostros y se llevaron las cajas, como antes lo hacían las tropas golpistas. Pero, como era de esperarse, sus indebidos y temerarios actos tuvieron la esperada reacción de los pueblos que conforman nuestra nación, indispuestos a dejarse robar la decisión electoral. Miserable, el asalto, no fue sepultura, sino combustible.

Ya en otros momentos hemos presenciado protesta desde distintos sitios contra el sistema de corrupción. Pero nunca, que pueda recordar -ni siquiera en 2015, cuando cayó el presidente Pérez Molina- fueron tantos. Desde tantos puntos, tan esparcidos, pero tan unidos en una principal y bien puntualizada demanda: la renuncia de tres actores identificados, la fiscal general Consuelo Porras; el fiscal Rafael Curruchiche; y el juez Fredy Orellana, todos vistos como las caras visibles de un ataque contra la democracia, para la protección del sistema de extracción. Desde cada sector social se ven multiplicarse adhesiones al llamado inicial de las autoridades ancestrales. Los 48 Cantones de Totonicapán, cuya determinación, temple, convicción y ejemplo, inspiraron finalmente un movimiento masivo, pero con una característica muy particular: que es generalizado. Hay manifestaciones en Jutiapa, como hay bloqueos en Tacaná. Aún si el iracundo presidente decidiera un estado de excepción, dudo que el Estado tenga la fuerza para contener a tanto pueblo fastidiado.

Esta protesta es punzante y es creciente. No hay país que aguante así por mucho tiempo. Las ciudades -incluyendo las importantes Quetzaltenango, Antigua Guatemala y la capital- prácticamente están sitiadas, sin que de ellas se pueda entrar, ni salir. Los puntos estratégicos de las carreteras, ni digamos. Y sectores de la economía, como los importantísimos mercados y otros, han anunciado unirse a un paro general indefinido, hasta que renuncien estos tres individuos. No hay cansancio del pueblo a la vista, sino al contrario, crece el entusiasmo. Mientras, las pérdidas económicas del país son incalculables. Y la obstinación del Gobierno que aún no retrocede solo hace denotar cuán grande es el botín que protege. El sistema de corrupción, finalmente, está puesto en un jaque que no se puede quitar con el uso de la fuerza; ni con los engaños repetidos; ni tampoco con el apoyo de sectores tradicionales que cada vez se verán también más aislados; más arrinconados. Proveedores, clientes, trabajadores y colaboradores todos están paralizados #HastaQueRenuncien.

* Esta columna defiende el legítimo resultado electoral del 20 de agosto, y cerrará con este mensaje independiente al tema de cada artículo, hasta la esperada toma de posesión del presidente y vicepresidenta electos Bernardo Arévalo y Karin Herrera, el 14 de enero de 2024.

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.