La encuesta publicada esta semana por Prensa Libre fue un balde de agua fría para muchos, que no esperábamos un resultado así. Fueron dos shocks simultáneos. Por un lado, que Carlos Pineda estuviera en primer lugar, y por el otro que Zury Ríos estuviera en cuarto lugar. La pregunta del millón que todos se hacen es ¿qué tan confiable puede ser esta encuesta? Debo aclarar que, aun y cuando yo mismo he participado en la realización de encuestas, desde hace algún tiempo mi confianza en este tipo de estudios ha ido decreciendo. Lo más importante es que cada vez es más difícil llegar a las personas correctas para obtener una muestra representativa de la opinión en el “universo” en estudio. Esto es independiente de la empresa que haga los estudios. Tiene que ver más con las condiciones de inseguridad y falta de confianza a las que todos estamos expuestos.

Algunos han tratado de minimizar este problema utilizando medios electrónicos, pero ello también tiene sus complicaciones, porque, como casi todos saben, en los ámbitos virtuales, cualquiera puede ser lo que quiera ser —y eso se va exponenciando y hasta legitimando con las tonterías de la corrección política—. Ello, por supuesto, complica obtener una muestra representativa. Alguien puede argumentar que aquí la cantidad compensa la definición, pero no necesariamente es así. Todo ello ha llevado a que, cada vez con más frecuencia, las encuestas erren estrepitosamente, de lo cual hemos visto muchos ejemplos en los años recientes, hasta en los países más desarrollados.

Habiendo dicho esto, si alguien sabe hacer encuestas de manera técnica y a la vieja escuela aquí en Guatemala, es Edgar Monzón, de ProDatos, de quien tengo muchos años de conocer y respetar su trabajo. Por ello, considero que no se puede desechar de primas a primeras los resultados y que, por lo menos, deben servir para que algunos candidatos y sus equipos dejen de sentirse confiados y busquen cambiar las tendencias.

La información segmentada nos da una idea de cómo está dividido el apoyo a los candidatos punteros —según la encuesta—. En las áreas urbanas, que representan el 54% de encuestados, Carlos Pineda lleva la delantera; en las rurales, que representan el otro 46%, Sandra Torres lidera. Por nivel socioeconómico, Zury Ríos tiene la ventaja en el segmento BC1. Pineda aparece en segundo lugar en ese segmento, y en primero en los demás. El nivel BC1 solo representa al 2% de los encuestados, el C2/C3 al 11%, y el nivel D al 87%. Pineda lidera entre las edades de 18 a 44 años, con Torres en segundo lugar, mientras que, en los mayores de 44 años, Torres lleva la delantera y Pineda pasa a segundo lugar. Entre los empadronados, el grupo de 18 a 45 años son el 63.54%, mientras que los mayores de 45 son el 36.46%.

Torres lidera con el 21.4% en las mujeres y Pineda queda en segundo con 12.5%. En los hombres, los papeles se invierten, liderando Pineda con el 26%, mientras que Torres queda en segundo con el 11.3%. Tomando en cuenta que hay una diferencia de 8 puntos porcentuales entre la división que hicieron en la encuesta —50% de cada sexo— comparada con la división entre los empadronados —54% mujeres y 46% hombres— se puede argumentar que esta diferencia podría cambiar las cifras totales, acercándolos, lo que implica un empate técnico entre ambos. En resumen, presumiendo que la encuesta de ProDatos es un reflejo de las intenciones de voto del electorado a mediados de abril, habría un empate técnico entre los dos punteros, Carlos Pineda y Sandra Torres. Pineda lidera entre los menores de 45 años, entre los hombres y en las áreas urbanas, mientras que Torres lidera entre los mayores de 45 años, entre las mujeres y en el área rural. Repito, puede que no refleje exactamente la realidad, pero se debe tomar en cuenta en los análisis.