SI ME PERMITE

En la sociedad la educación debe ser prioridad

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“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Nelson Mandela.

La sociedad actual está estructurada y se moviliza con el criterio de que uno debe ser estudiado y debe tener una mínima educación para poder proyectarse a una vida útil y productiva. Pero además de esto debe, de alguna manera, estar constantemente actualizándose en las áreas donde se preparó y quiere de alguna manera mantenerse con un criterio de funcionalidad.

Donde quiera que uno se presente para hacer algo, no es extraño que le entreguen un simple formulario o bien un documento para que pueda hacer lo que necesita en ese momento. Por ello la educación que debemos tener no es para que logremos un perfil personal, sino para que no perdamos el espacio que queremos ocupar. El perfil posiblemente lo podamos obtener en la forma que tratamos al prójimo y en la calidad con la que hacemos el más simple trabajo.

' La educación que solo tiene elementos informativos no producirá cambios que perduren.

Samuel Berberián

Cuando hablamos de una educación estamos hablando de campos en los que iniciamos, y por ello la calidad y esmero con el que lo hicimos determinará muy fácilmente dónde podemos llegar y cuánto podemos proyectarnos. Posiblemente en los inicios fue mucho más el esmero y determinación de nuestros mayores o las circunstancias que en aquellos momentos se nos presentaron, pero sobre eso estamos construyendo y mejorando para estar donde estamos hoy.

Lo innegable es que no podemos hacer absolutamente nada por el ayer y tenemos de alguna manera que aceptar lo que la historia personal nos registra, pero para el hoy, con una determinación en nuestra voluntad y haciendo planes posiblemente más que ambiciosos, podemos agregar a nuestra educación lo que nuestro medio nos ofrece en sus diversas y tan variadas alternativas.

Seamos realistas y prácticos para planificar, y con el sacrificio debido mejoremos lo que tenemos.

Claro está que debemos despertar a la realidad y que la simple asistencia a un curso o programa de ninguna manera nos habrá de educar, ni a nosotros ni a ningún mortal de esta tierra. La asistencia será el medio externo y físico, posiblemente, pero el esmero y la atención son los que habrán de hacernos hombres y mujeres educados para luego ejercer. Por lo mismo, es más que evidente que dos de nosotros podemos estar sentados en un mismo salón, presentes en la misma clase, pero cuando lleguemos al desempeño del conocimiento que se estuvo dando allí habrá de probarse lo que estuvimos aprovechando de la clase. Eso nos deja claro que podemos ostentar el mismo título, haber estado en la misma institución educativa, pero cuando, por alguna razón, nos sienten a un examen para aplicar a un trabajo, el resultado podrá ser diametralmente diferente.

Cada uno de nosotros que ha tenido la oportunidad de estar en un proceso educativo podemos ver de qué manera las diferentes circunstancias que hemos vivido y hemos tenido nos dan una variada manera de estar enriquecidos y poder de ellas sacar ventaja, para que al momento de visualizar algo podamos percibir oportunidades, porque las circunstancias con la educación adquirida nos dan la panorámica para ser lo que somos.

Por ello ni lo que hemos gastado en la educación ni el nombre del establecimiento habrán de pesar en el momento en que estemos luchando para alcanzar las metas que nos hemos trazado.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.