La vida y obra de Enrique Neutze Bethenhausen es objeto de un libro inédito del historiador Hernán del Valle Pérez. El libro lleva por título el del personaje investigado. Un resumen del mismo se da a conocer seguidamente.

Neutze Bethenhausen con otros dos socios alemanes formaron en 1894 la Empresa Eléctrica de Guatemala. En su momento fue la línea de cableado eléctrico más larga en América Latina, 37 km; lo anterior, apenas cinco años después de que Tomás Alva Edison construyera la primera central generadora de electricidad del mundo en Nueva York, y 14 días antes que lo hiciera Hamburgo, Alemania.

Convenció al alcalde de la capital de que el cableado fuera subterráneo. Por razones que se ignoran no se cumplió con tan benéfica medida. Solamente en Huehuetenango, como cabecera departamental, fue instalado cableado subterráneo en proyecto eléctrico distinto.

Después de algunos años le vendió la mayoría de las acciones de la Empresa Eléctrica de Guatemala a Siemens & Halske, de Berlín, que siendo propiedad de alemanes fue catalogada como empresa de enemigos de los aliados durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), y en julio de 1918 el Gobierno intervino la EEG. Sus acciones fueron confiscadas y dolosamente vendidas a la estadounidense Electric Bond & Share Co. (Ebasco).

Un frustrado proyecto fue instalar un tren eléctrico que, saliendo de Antigua Guatemala, pasara por Chimaltenango y culminara en la capital, para abordar aquí un tranvía, también eléctrico, que trasladaría al pasajero desde el lejano Guarda Viejo hasta el centro de la ciudad, octava calle y sexta avenida, zona central.

El 2 de junio de 1888 contrajo matrimonio con Carmen Monteros Rosal. Ejemplar matrimonio que cubrió la vida de ambos, y pese a enviudar en 1918. Enrique falleció viudo. Procrearon seis hijos, cuatro sucumbieron por enfermedades comunes; sobrevivieron el segundo, Guillermo, y el quinto, Alfredo, ambos Neutze Monteros. Nacieron en la capital en 1892 y 1897, respectivamente.

Ferrocarril de Ocós, historia de una injusticia. 23 de septiembre de 1895-2 de marzo de 1935. En 1895 firmó un contrato con el Gobierno para construir la línea del ferrocarril de tracción de vapor a Ocós. En diciembre, quedando Enrique de socio mayoritario, amplió a otros, veintiún accionistas. Costo de la obra, 2,252,761 pesos, equivalentes a la misma cantidad en dólares. A finales de 1898 fue abierta la vía ferroviaria de 45 km entre Ocós-Ayutla-Pajapita.

Pérdida de un aliado: un paso al abismo. Y comenzaron las desdichadas circunstancias para Neutze Bethenhausen, pues el 8 de febrero de 1898, a las 8 de la noche, en la esquina de la 8ª avenida y 8ª calle, fue asesinado el presidente José María Reina Barrios, situación de la que varios socios minoritarios, coludidos con el sucesor, el presidente Manuel Estrada Cabrera, se aprovecharon para consumar sus reprobables acciones ‘judiciales’ y consiguieron, después de ataques y maniobras que cubrieron 25 años, la injusta e ilegal apropiación de ese medio de locomoción, propiedad de los fundadores iniciales.

En dos ocasiones la Asamblea Nacional recomendó que el gobierno de Estrada Cabrera debía pagarle 80,942 libras esterlinas por honorarios de éxito en Londres, por renegociar con ventaja para Guatemala la deuda inglesa; asimismo, por otros proyectos encomendados por el gobierno, como el de un puerto en Iztapa, en el cual Enrique invirtió mucho dinero. Eran deudas de Estado, no de gobierno. Pese a ello, el régimen hizo caso omiso. Sus legítimos cobros se convirtieron en un demoledor y largo, muy largo, calvario y nunca percibió la justa remuneración.