ECONOMÍA PARA TODOS

Empresa familiar de origen quiché

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En el 2003 impartí un taller sobre empresa familiar (EF) en la Cámara de Comercio de Quetzaltenango. Días después, dos de los asistentes me pidieron tener una reunión para explicarme que había otro gremio de comercio en esa ciudad integrado, exclusivamente, por indígenas quichés, y que les gustaría llevar a cabo un taller sobre EF para ellos.

Efectivamente, señalamos la fecha y la actividad se llevó a cabo en la Pensión Bonifaz, a escasos metros del Parque Centroamérica, que así se llama en Quetzaltenango lo que en otros lugares se llama parque o plaza central. Llegado el día convenido nos reunimos con los asistentes y la exposición trató sobre dos temas. La sucesión familiar y la incorporación de la familia a la empresa, y el aspecto tributario.

En lo que se refiere a la sucesión generacional, los comerciantes quichés tenían exactamente los mismos problemas y dudas que suelen tener las EF en general. No había mayor diferencia en ese aspecto.

Ahora bien, cuando entramos al tema tributario, al aspecto de impuestos, la contribución a la SAT, no hubo comentarios. Tratando de ahondar en el tema, lo que se observaba es que el mundo comercial quiché no ve la cercanía del Estado por ninguna parte, y por ello no simpatiza con pagar impuestos.

Al taller asistieron los caballeros vestidos con trajes oscuros, camisa blanca y corbata oscura también. Las damas llevaban sus trajes usuales, con telas de muchos colores, algunas de ellas bellamente bordadas.

En Quetzaltenango existió una EF que fue muy destacada, y cuyo patriarca era Pedro Chávez, quien fue un personaje muy conocido. Fue uno de los primeros quichés quetzaltecos que tuvo un automóvil y un chofer dedicado ciento por ciento a su servicio en la mitad del siglo XX, cuando incluso pocos ladinos disponían de carro. Es muy visible una construcción que él hizo frente al Parque Centroamérica, el Hotel Canadá —hoy el hotel Villa Real Plaza—, y el edificio conocido por su apellido Chávez también en el centro histórico de Quetzaltenango. Fue un tenaz y gran comerciante e instaló una fábrica de sombreros con el nombre El Águila, con sede central en Quetzaltenango y sucursal en la capital guatemalteca.

Tuvo oportunidad de viajar. Tengo un primo político que tenía un almacén de alfombras en Nueva Orleans y contaba que don Pedro lo visitaba con un morral con billetes en efectivo. Se casó dos veces. La primera esposa Francisca Ajquí Cojulún, indígena quiché, tenía un puesto próspero en el mercado de la época. El matrimonio formó una EF en la que sobrinos y sobrinas se incorporaron al trabajo e hicieron un patrimonio importante, posiblemente el más grande de origen quiché.

Al morir la primera esposa, Pedro Chávez se volvió a casar, esta vez con una mujer ladina. Con ambas esposas formó ramas familiares.

' Los problemas quichés de sucesión en la empresa familiar son iguales al resto del mundo.

José Molina Calderón

Chávez y su segunda esposa murieron y no dejaron organizada la sucesión generacional y se generó un conflicto que fue del conocimiento público, por ser un lugar pequeño. Al no llegar a acuerdos, los gastos legales fueron creciendo y prácticamente todo el patrimonio se gastó en abogados.

¿Qué conclusiones se pueden obtener del patriarca Pedro Chávez? Primero, muestra la importancia de establecer un plan de sucesión generacional. Segundo, se observa que no tenían una carta magna familiar que estableciera las reglas entre las dos familias para dar continuidad a la EF a su fallecimiento. Tercero, la sucesión en la EF es un asunto para todas las familias, sin exclusión por ninguna razón.

ESCRITO POR:

José Molina Calderón

Economista. Consultor en gobierno corporativo de empresas familiares. Director externo en juntas directivas. Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Autor de libros de historia económica de Guatemala.