RINCÓN DE PETUL

Elecciones en consulados y el caso tico

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En los días previos a la reciente elección general costarricense, algunos empleados de su ente electoral habrán tomado camino al aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela, cargados con cajas que contenían material de votación. Las cajas iban dirigidas a todos los consulados ticos alrededor del mundo que, a su vez, fueron las sedes donde sus expatriados tuvieron oportunidad de votar por su candidato presidencial de preferencia. En este artículo tomo el modelo adoptado por el pueblo costarricense para referirme a la oficina consular como sede electoral. Un mecanismo sencillo, económico y eficiente, que Guatemala merece observar.

' Dos millones de guatemaltecos viven a menos de una hora de una sede consular.

Pedro Pablo Solares

Así, Costa Rica acercó el voto a sus ciudadanos en 41 países donde tienen consulado, en los cinco continentes. En total, montaron 80 juntas electorales. El costo para 2022 aún no lo encontré disponible. Pero datos del proceso similar en 2018, dan cuenta de una sensatez que es la que intento comunicar: Según el medio El Financiero, el presupuesto para su voto en el extranjero fue menor a ₡91 millones. Es decir, cerca de 1 millón de quetzales. Esto, a diferencia del caso guatemalteco, que compró aplicaciones electrónicas incomprensibles, y alquiló fastuosos hoteles en EE. UU., para costarle al pueblo chapín Q47 millones, en 2019.

La experiencia tica no fue impoluta. Tuvo la sombra del abstencionismo, que marca tendencia en las elecciones para el exterior de países latinoamericanos, con valiosas excepciones como Perú. Pero recomiendo al lector guatemalteco no desechar el ejemplo por ver los números a la ligera. Porque, si bien es cierto, solo 6,230 costarricenses votaron en el exterior, ha de tomarse en cuenta que su población es un tercio de la guatemalteca; y que su tasa de expulsión es abismalmente menor, calculándose que de Costa Rica solo han emigrado unos 200 mil. O sea, que lograron empadronar aproximadamente a un cuarto de su población emigrada.

Por el contrario, el caso guatemalteco fue penoso. Con una población expatriada calculada en 4 millones ¡únicamente logramos 734 votos! Y eso incluyendo al personal del TSE enviado desde Guatemala, y al personal consular. Además, un proceso que solo funcionó en EE. UU. En mi consideración, varios factores han influido. Pero quizás ninguno más que la debilidad de los magistrados que desconocen a la población emigrada, lo cual les hizo ceder a presiones de sus autonombrados líderes. Ellos les hicieron ver algo importante: que los consulados les quedan lejos a muchos. Pero obviaron ampliar que también les quedan cerca a muchos más.

Creo que es un error pretender que el guatemalteco emigrado se va a poder empadronar y votar por caros medios electrónicos, cosa que ha sido la inclinación del TSE. Ni diez países han logrado éxito con esto ,que está dedicado a poblaciones altamente educadas. También considero un error subestimar la fuerza que ya tiene nuestra red diplomática y consular alrededor del mundo. Sumando consulados en Norteamérica y las embajadas a nivel global, podríamos llegar a 75 sedes electorales. En EE. UU., donde vive la mayoría, los 23 consulados están en ciudades estratégicas, muy cercanas ya a donde vive más de la mitad de la población.

Una clave para la participación del migrante en procesos electorales, es la credibilidad. No solo del proceso, también de que su voto signifique un cambio para su país. Y con una clase política señalada, y un sistema de gobierno cooptado, se augura que ningún proceso entusiasmará a la población que -además- ya salió incrédula del país. La elección en los consulados, en lugar de onerosos sistemas electrónicos, por lo menos nos brindaría ahorro de recursos. Los ticos lo hacen así. También los peruanos y los chilenos. Tomen en cuenta que más de 2 millones de guatemaltecos viven a menos de una hora de distancia de una sede consular.

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.