Godot ha llegado
El vacío de poder en Siria
Con la caída del régimen de Al Assad se ha creado un nuevo vacío de poder en Siria que fácilmente podría crear condiciones similares a la creación de un grupo como ISIS.
Hace nueve años Francia participó en acciones militares en contra del Estado Islámico de Irak y Siria (conocido como ISIS, en inglés), justo después de los atentados terroristas en París que dejaron un saldo de aproximadamente 130 muertos y más de 300 heridos. Se calcula que los terroristas habrían gastado alrededor US$7,500 en los atentados, distribuidos en el alquiler de dos apartamentos, alquiler de tres automóviles y la compra de armas y municiones. Si bien el presidente francés en ese entonces, François Hollande, dijo que los ataques eran un esfuerzo por detener la amenaza que ISIS representaba para el mundo entero, el análisis de los mismos por expertos, analistas y tomadores de decisiones se centró no en lo que pudieron o no haber hecho las distintas agencias de seguridad para prevenir el ataque, sino enfocarse en eliminar la raíz de lo que provocó los atentados y disminuir el riesgo de otros ataques en el futuro.
A finales del 2021, cuando el mundo estaba saliendo de los momentos más difíciles de la pandemia del covid-19, muchos países europeos iniciaron a considerar programas para repatriar migrantes sirios a su país de origen, puesto que consideraban que existían zonas libres de la guerra civil que inició en marzo del 2011. Las cuarentenas, así como la asistencia que el Estado otorgó a muchos ciudadanos, fue una carga demasiado fuerte que alteró muchas políticas públicas de estos países. Por otro lado, la diáspora migratoria de varias personas del África y del Oriente Próximo, particularmente sirios, generó focos de conflictividad de personas que no se lograron integrar y asimilar los valores y la cultura de sus anfitriones en occidente, lo que generó otro debate que puso en tela de juicio las bondades del multiculturalismo tal y como en su momento lo explicó Will Kymlicka en su libro Ciudadanía Multicultural (1996).
Siria se convirtió en un problema social, cultural, económico y de seguridad para el mundo occidental y la historia se puede repetir.
Siria se convirtió en un problema social, cultural, económico y de seguridad para el mundo occidental y la historia se puede repetir. Está de más recordar que un evento muy particular marcó un antes y un después en términos de seguridad internacional y fue la declaración de Barack Obama de trazar una línea roja en el conflicto en Siria si el gobierno de Bashar al Assad utilizaba algún tipo de arma de destrucción masiva, los Estados Unidos intervendrían militarmente y unos meses después se reportó un ataque de armas químicas y la inacción de Obama de cumplir su palabra incentivó a varios otros países a considerar el conflicto armado como una opción viable para resolver conflictos, siendo el caso de Rusia y la actual situación de varios países en Oriente Próximo.
Con la caída del régimen de Al Assad se ha creado un nuevo vacío de poder en Siria que fácilmente podría crear condiciones similares a la creación de un grupo como ISIS, así como provocar nuevas diásporas migratorias y convertirse nuevamente en el dolor de cabeza para occidente que hace pocos años fue. Si bien Israel y Hezbolá declararon un cese al fuego y las negociaciones de paz en Gaza van avanzadas, varios misiles hutíes han caído en Israel desde Yemen y los rebeldes sirios que de momento tienen el control de Damasco podrían ser otro frente de ataque más. Un dato interesante es que los dos países que más migrantes sirios recibieron hacia el 2015 en América Latina fueron Panamá y Guatemala.
El caso de Siria se suma a la lista de conflictos que Donald Trump heredará el próximo 20 de enero, pero el problema no es solo de Washington, sino de todos y ojalá no se cometan los errores que encrudecieron la guerra civil en aquel país. ¡Feliz domingo!
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