Pluma invitada
El tiempo: la moneda más valiosa que tenemos
Lo importante es ser intencional en cómo se utiliza el tiempo libre.
El tiempo es el único recurso que todas las personas en este planeta tienen en la misma medida. Ya seas millonario o alguien que recién empieza su carrera productiva, todos tenemos 24 horas al día. Si bien es cierto que muchas personas tienen poca libertad para disponer de su tiempo debido a una diversidad de compromisos y situaciones personales, estas personas suelen tener al menos algunas horas del día para decidir qué hacer con ellas, y es esta decisión la que puede hacer una gran diferencia.
Para aquellos de nosotros con una mentalidad emprendedora, es crucial entender que el tiempo no es algo que podamos darnos el lujo de desperdiciar. En un mundo lleno de distracciones, desde partidos de fútbol hasta series interminables de televisión, y especialmente redes sociales, es fácil caer en la trampa de dedicar tiempo a actividades que no contribuyen a nuestro crecimiento. No estoy aquí para criticar a quienes disfrutan viendo deportes o navegar por las redes sociales. Cada quien tiene el derecho de relajarse a su manera. Sin embargo, quienes aspiran a construir algo más grande, a crecer personal y profesionalmente, deben ser conscientes de cómo distribuyen su tiempo libre.
Mientras muchos podrían pasar los fines de semana viendo fútbol o haciendo maratones de series, los emprendedores son diferentes. Elegimos usar nuestro tiempo libre de manera más sabia, sumergiéndonos en libros, contenido educativo o incluso estudiando las vidas de líderes empresariales exitosos a través de biografías. Estas actividades no solo entretienen, sino que también proporcionan valiosas lecciones que nos ayudan a construir mejores negocios, redes más sólidas y, en última instancia, vidas más exitosas.
Quienes aspiran a construir algo más grande, a crecer personal y profesionalmente, deben ser conscientes de cómo distribuyen su tiempo libre.
Más allá de leer, otra excelente manera de usar tu tiempo es manteniendo conversaciones con otros emprendedores. Hacer sesiones de lluvia de ideas, compartir cómo superaron retos o incluso experimentar con pequeños proyectos empresariales que te emocionan pero que no has tenido tiempo de explorar, son maneras de aprovechar bien tu tiempo libre. Estas actividades estimulan la creatividad y te permiten aprender a través de la acción, algo que todo emprendedor necesita. Lo importante es ser intencional en cómo se utiliza el tiempo libre.
Aprendí esta lección de primera mano cuando mi tiempo se vio sumamente limitado mientras estudiaba el Acton MBA en Estados Unidos. Allá el programa exige una dedicación total, requiriendo más de 80 horas a la semana. Con un horario tan apretado, rápidamente me di cuenta de que el tiempo era mi recurso más preciado. Tuve que dejar de lado actividades que no aportaban valor. Me concentré en lo que realmente importaba: pasar tiempo de calidad con mis seres queridos, mantener mi salud a través del ejercicio y nutrir mi vida espiritual. Todo lo demás tuvo que ser eliminado.
Esa experiencia intensa me enseñó a ser más selectivo con mi tiempo, un hábito que mantuve incluso después de graduarme. Se hizo más fácil llenar esas horas con actividades productivas y alineadas con mis objetivos. Con el tiempo, esa disciplina me ayudó a construir la carrera emprendedora que había imaginado.
Para quienes están leyendo esto con aspiraciones de construir sus propios negocios y alcanzar sus sueños, consideren cómo están usando su tiempo. Está bien relajarse y disfrutar de la vida, pero recuerden que cada hora que pasan en algo que no los ayuda a crecer es una hora que podrían haber invertido en su futuro. Leer un libro, aprender una nueva habilidad, hacer lluvia de ideas con amigos o incluso lanzar ese proyecto paralelo que han estado posponiendo: todas estas son maneras de asegurarse de que el tiempo que invierten hoy los acerque a donde quieren estar mañana.
El tiempo es nuestra moneda más valiosa. Cómo elijamos invertirlo determinará en gran medida qué tan lejos podremos llegar.