pluma invitada
El poder de los datos para transformar vidas
Los datos no son simplemente números y estadísticas; son historias, son vidas, son realidades.
En la era digital, los datos se han convertido en uno de los recursos más valiosos y poderosos del siglo XXI. Desde influir en la planificación urbana hasta transformar la atención médica, desde optimizar la educación hasta contribuir a gestionar crisis, los datos están revolucionando cada aspecto de nuestras vidas y sociedades. Eso hace que sea pertinente reflexionar sobre el papel fundamental que desempeñan en la promoción del desarrollo, la igualdad y la justicia social.
Para no dejar a nadie atrás, hay que contar a todas las personas, porque cada una cuenta.
Los datos no son simplemente números y estadísticas, son historias, son vidas, son realidades. Sin embargo, para que los datos puedan contar bien una historia, deben reflejar la diversidad y complejidad de una población. Esto implica actualizar y diversificar los procesos de recolección de datos para que sean inclusivos, equitativos y transparentes desde su origen.
Los gobiernos y las organizaciones necesitan de datos precisos y desagregados para tomar decisiones informadas. ¿Dónde debe construise una nueva sala de maternidad? ¿En qué áreas se deben abrir más escuelas de formación secundaria para garantizar un acceso equitativo a la educación? ¿Qué porcentaje de mujeres embarazadas están recibiendo atención prenatal adecuada y oportuna en diferentes regiones del país? Estas interrogantes exigen investigación, llevada a cabo de manera rigurosa y con la participación activa de las comunidades afectadas.
En esa medida, los datos permitirán a los gobiernos y organizaciones entender mejor las necesidades de las comunidades, identificar desigualdades persistentes y diseñar políticas más efectivas y equitativas. En un mundo donde la desigualdad sigue siendo una barrera para el progreso, la disponibilidad de datos precisos y desagregados es un imperativo y una herramienta poderosa para avanzar hacia sociedades más inclusivas y equitativas.
El informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas, de este año, Vidas entrelazadas, hilos de esperanza, subraya cómo los avances en la recolección y análisis de datos han facilitado un progreso significativo en áreas como la salud materna, la planificación familiar y la igualdad de género. Sin embargo, también revela que muchas comunidades han sido dejadas atrás porque siguen siendo invisibles en las estadísticas, lo que perpetúa ciclos de pobreza y exclusión.
Para abordar estos desafíos es fundamental invertir en sistemas de datos robustos y accesibles. Esto incluye no solo la expansión de infraestructuras tecnológicas, sino también la capacitación en análisis de datos y la garantía de que los datos sean recopilados de manera rigurosa, ética y segura, respetando la privacidad y los derechos humanos.
Además, debemos enfrentar los desafíos emergentes, como la inteligencia artificial y la ética en la recolección y uso de datos. Es crucial que estos avances tecnológicos se utilicen de manera responsable, asegurando que no perpetúen sesgos ni discriminaciones.
En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Población, reconocemos la importancia de la información estadística y reafirmamos nuestro compromiso con el país para continuar colaborando en el impulso de acciones concretas que permitan contar con datos de calidad, oportunos, relevantes, confiables y desagregados por sexo, edad, autoidentificación étnica, área geográfica, discapacidad y otras características pertinentes que reflejen la diversidad de la población. Solo así podremos aprovechar plenamente el potencial transformador de los datos para construir una sociedad más justa, equitativa y sostenible, priorizando las poblaciones más dejadas atrás.