El Parque Nacional Laguna de Lachuá se pierde por invasores
Los presuntos líderes son impostores, pues reciben entre Q1,000 y Q7,000 solo por permitir el acceso a grupos organizados.
Guatemala posee bellos parajes y sitios turísticos que son parte de sus tesoros nacionales, pero que lamentablemente estamos perdiendo. En este caso hablo del Parque Nacional Laguna Lachuá (PNLL), que visité hace una década, momento en que me dejó estupefacta por su belleza y su cristalino espejo de agua.
Se trata de comerciantes que buscan invadir tierras con intención de lotificarlas.
Sin embargo, he de manifestar mi malestar porque el parque se está destruyendo por las ocupaciones ilegales que se están llevando a cabo dentro de este territorio, las que son una real amenaza. Pasa el tiempo, y en vez de disminuir, van en aumento y con ello, se agravan los problemas estructurales y ambientales, lo que mantiene en zozobra a las comunidades locales, siendo además un detractor al turismo.
No nos confundamos. Cada vez que se habla de “desarrollo rural”, lo único que se está promoviendo es que abunden las actividades extractivas como la ganadería extensiva, la minería y la monocultura. Estas actividades ilícitas van en detrimento de la conservación de los parajes únicos que poseemos, ya que únicamente favorecen a grupos desconocidos que usurpan y destruyen la reserva sin ninguna intervención estatal. Aducen que son campesinos necesitados de tierra, pero están manejados por grupos mafiosos del crimen organizado.
Tal fue el caso en el 2024, que llegaron grupos ilícitos a las aldeas de San Luis Vista Hermosa y Zapotal 1 a ocupar grandes extensiones de tierra. Les dan el espaldarazo sindicalistas y presuntos dirigentes indígenas y dizque organizaciones civiles que defienden las invasiones, argumentando que se trata de personas de escasos recursos que andan necesitando tierra para sobrevivir.
Recordemos que las iniciativas, aunque parezcan buenas, muchas veces no lo son y forman parte de la estrategia de personas sin escrúpulos que cuentan con aliados políticos que únicamente buscan el derecho de su nariz, sin que las autoridades puedan hacerles un “alto” a dichas acciones.
Pero vayamos a la verdad. Las personas que se hacen ver como familias de escasos recursos, no lo son. Se trata de comerciantes que buscan tierras con intención de lotificarlas logrando un beneficio económico sin importarles que se trate de áreas protegidas, destruyéndolas. Estos presuntos líderes son impostores, pues reciben entre Q1 mil y Q7 mil solo por permitir el acceso a grupos organizados que llegan a invadir las tierras dentro del área protegida lo que pone en riesgo no solo el territorio, sino también el desarrollo del parque y la integridad física de las comunidades que viven amedrentadas por esta mafia.
Las consecuencias son graves, pues cada vez van en aumento la deforestación, los incendios forestales y la tala ilegal de bosque natural, afectando gravemente la flora, fauna y diversidad biológica del parque, generando además presión sobre el reducido número de guardaparques encargados de la protección del área. ¿Qué mensaje les damos a los turistas con esto? Si Ud. quisiera visitar el parque, estoy segura de que lo pensaría dos veces, y lo peor es que los que pierden son los guías turísticos y los servicios del área.
El Parque Nacional Laguna Lachuá fue designado como un Sitio Ramsar y en 2008 fue reconocido como miembro de la Red Internacional de Bosques Modelo. Por lo tanto, pidamos a las autoridades pertinentes que no permitan que sigan los destrozos en esta bella gema de Guatemala. Se oponen a estas atrocidades el Bosque Modelo Lachuá, el de Los Altos, el de la Mesa Forestal de Concertación de la Región VI (Mesaforc VI) y Fundación del Bosque Tropical, entre otras. ¿Y Ud., diputado, Fondo de Tierras y entes rectores, qué piensan? Escríbanme.