Soy una joven puma y me encontraron muerta el 15 de septiembre mis amigos los guardarrecursos del biotopo El Zotz, en el norte de Petén. Aunque ya estoy muerta, pido que protejan mi hábitat dentro de la Reserva de la Biósfera Maya (RBM), pues está amenazada. Lo peor es que a pesar de que estoy en la lista Cites (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre) y que mi caza está prohibida, no parece haber forma de detener a mis depredadores.

Los cazadores ilegales que justifican mi caza como de subsistencia no es del todo cierta y podrían estar rondando en el cruce a Dos Aguadas. Usan mis huesos y colmillos para venderlos, además de mi piel, la que seguramente terminará en algún mercado negro. Esto debe cambiar.

Mi temor crece por otros de mis amigos de la selva que viven en la RBM y corren el mismo peligro de terminar como yo. A pesar de que tengo amigos como Francisco Asturias, director de Fundaeco, y Juan José Romero, director de El Zotz, mi muerte es quizás un mensaje intimidatorio hacia ellos y hacia las apenas 12 personas más que tienen a su cargo un área protegida de 38 mil hectáreas —unos 38 mil campos de futbol—. El trasfondo de estas personas inescrupulosas es quizá que les dejen el campo libre para sus fechorías. Al denunciar a estos criminales, tanto guardarrecursos como jueces son amenazados de muerte. Así jamás funcionará el sistema de justicia, pues al ser capturados inmediatamente salen libres. ¿Quién manda entonces?

A falta de suficientes fondos asignados, el Conap apenas puede contratar 12 guardarrecursos para vigilar tan extenso territorio. No contamos con un buen sistema de justicia y, mientras tanto, los delincuentes andan felices en tierra de nadie. Así sigue el narcotráfico, narco-ganadería, tala ilegal, contrabando de especies en peligro de extinción y trata de personas. Lo más curioso es que mi muerte fue el hallazgo acaecido el 15 de septiembre, Día de la Independencia de Guatemala, un mensaje aún más trascendental.

Mi amigo Romero está seguro que la reacción de asesinarme fue después de los patrullajes de su equipo, de la División de Protección a la Naturaleza de la Policía Nacional Civil, el Conap y el Ejército que buscan proteger la RBM. Sin embargo, mi amigo Paco Asturias ya ha dado a conocer que el 99.9% de la cacería es ilegal y de 50 denuncias de cazadores furtivos y taladores ilegales, ninguna ha prosperado. Es como una espiral que va hacia el infierno con más tala y depredación, provocando más pobreza, menos turismo y más migraciones.

Estos son los pensamientos de la joven puma y yo, como la pluma que los absorbe, me pregunto: ¿por qué estos cazadores y taladores pueden ingresar con libertad a nuestra área protegida? ¿Por qué pueden mantener armas cerca de los campamentos? Las comunidades deben decidirse a formar un solo frente, educando a sus hijos a desistir de la cacería y los restaurantes de la zona deben evitar vender carne de monte. Ni nosotros debemos generar la demanda ni el mercado negro satisfacerla. ¡Por el amor a Dios, ya es hora de hacer cambios!

Hoy agradecemos al Ministro de la Defensa que está ayudando a proteger la zona y pedimos al presidente electo, Alejandro Giammattei, que se convierta en uno de los más poderosos amigos de la RBM y que recuerde la estrofa de nuestro Himno Nacional: “Pues sus hijos valientes y altivos, que veneran la paz cual presea, nunca esquivan la ruda pelea si defienden su tierra y su hogar”.