Economía para todos
El incienso en la época de la Conquista
La religión era base de la cultura maya; toda su vida estaba inspirada en ella.
Miguel F. Torres escribió el libro Historia del incienso. Acrópolis Editorial. Guatemala. 2023. 156 pp. Este libro de tamaño pequeño es original, porque trata un tema poco conocido, con carácter enciclopédico. Contiene 77 ilustraciones a color.
Las antiguas culturas prehispánicas de América consideraban los inciensos como el alimento de sus dioses.
Del capítulo titulado De ayer y hoy, y los inciensos de Guatemala, se reproducen extractos del mismo, indicando entre paréntesis el número de página.
Sylvanus Morley (1883-1948) fue uno de los primeros arqueólogos que estudió a fondo la civilización maya. Expresó que fue una de las más brillantes que se han dado en el mundo y una de las más desarrolladas en la antigüedad. Fueron el pueblo indígena que alcanzó el máximo grado de civilización en el continente americano y el único en desarrollar un sistema de escritura jeroglífica complejo y completo. (121)
La religión era una de las bases de la cultura maya; toda su vida estaba inspirada en ella. En su pensamiento religioso depositaban y ordenaban todo su sistema político y social; la organización del Estado era teocrática. El pueblo maya fue rico en creencias y dedicado en gran manera a los temas místicos y espirituales. (121-123)
Todo el ceremonial religioso se acompañaba siempre de la quema de abundante incienso de copal pom, cuyo humo aromático era alimento para los dioses. (123-124)
Ya sabemos que las antiguas culturas prehispánicas de América consideraban a los inciensos al igual que a otras sustancias segregadas, como el alimento de sus dioses. (127-128)
El Códice de Madrid o Tro-Cortesiano es uno de los cuatro códices mayas que han llegado hasta nuestros días, e ilustra en varias páginas la quema de copal y otros inciensos en contexto ritual. (132-135)
La importancia ritual del copal entre los mayas ha sido evidenciada por el hallazgo arqueológico de bolas de incienso de copal en ofrendas enterradas debajo de uno de los principales monumentos mayas, el templo 1 o Gran Jaguar, en la gran plaza de Tikal. (138-139)
El hallazgo arqueológico de elaborados incensarios de todo tipo es muy común en Mesoamérica. El Popol Vuh relata el uso ceremonial de tres variedades de inciensos, que se quemaban en dirección a la salida del sol, mezclas de copal pom, brea de pino y pericón seco. (141)
En Sololá y Chichicastenango ya no se vende incienso de copal puro y se desconoce el incienso de resina de palo de jiote. En Santa Lucía La Reforma, Totonicapán, se producen bolas ambarinas elaboradas de una combinación de resina de pino más resina de ciprés y un poco de resina de copal; estas bolas también se elaboran en Cobán. El incienso de Totonicapán, llamado “cuilco”, en ensarte de tabletas pequeñas, está compuesto por 80% de pino más 15% de ciprés y 5% de copal. (142-143)
La iglesia parroquial de Santo Tomás, en Chichicastenango, fundada en 1540, fue construida sobre un templo quiché prehispánico. Las gradas que ascienden hacia esta iglesia son vestigios de la escalinata ancestral y son muy veneradas; cada uno de sus escalones representan los meses del calendario maya. Al igual que en tiempos de los antiguos, los mayas actuales rezan en la escalinata afuera del templo, al pie de la cual hay un altar público donde siempre hay fuego encendido y se queman constantemente inciensos prehispánicos. (143-145)
A tres kilómetros de Chichicastenango se encuentra el cerro de Pascual Abaj, un lugar sagrado de gran simbolismo religioso y uno de los más importantes de la tradición maya. Hasta él se acercan los chamanes más importantes de toda Guatemala para practicar sus rituales. Se le ofrenda constantemente abundantes inciensos prehispánicos… (145-146)