Florescencia
El gran regalo de ser guatemalteco
La semana pasada, en la Casa Blanca, se realizó un homenaje a Guatemala y a los guatemaltecos, donde se destacaron nuestras cualidades y nuestro potencial.
Miles de guatemaltecos no podrán abrazar a sus seres queridos en esta época, pues se encuentran lejos de ellos. Más de 3.2 millones viven en Estados Unidos, a donde llegaron en busca de un mejor futuro. Muchos están saliendo adelante, pero a un altísimo costo: la separación, la distancia y la nostalgia que nunca se apaga.
Por otro lado, hay quienes, gracias a ser ciudadanos o residentes estadounidenses, pueden viajar, visitar y trabajar entre Guatemala y los Estados Unidos. En mi caso, Dios me ha permitido durante dos décadas vivir en EE. UU. mientras laboro, impulso iniciativas y genero oportunidades en la Tierra del Quetzal, de la cual me siento orgulloso por las muchas cualidades que compartimos los guatemaltecos, producto de nuestra herencia milenaria y multicultural, así como de esa capacidad constante para la creación, el trabajo tesonero y la resiliencia.
Fue un gran orgullo representar a nuestro país junto a compatriotas destacados como el empresario tecnológico Luis von Ahn y otros guatemaltecos, tanto en el sector privado como también en el servicio civil y público en EE. UU., durante una ceremonia en la Casa Blanca dedicada a la diáspora guatemalteca el 11 de diciembre. Fue un momento histórico y emotivo, donde se reconoció a todos los hermanos chapines que, por diversas razones, han migrado a EE. UU.
Recuerdo con emoción mi primera visita a la Casa Blanca hace casi 30 años, cuando en un concurso escolar gané una beca que me llevó a Washington D. C. En la Casa Blanca, había entonces pocos latinos y no recuerdo ver algún guatemalteco. Por eso me llenó de orgullo conocer a Kevin Lima, asesor sénior de Relaciones Públicas en la Casa Blanca, quien es hijo de migrantes guatemaltecos. Fue él quien impulsó este evento para reconocer a guatemaltecos que contribuyen tanto en ambas naciones. Su esfuerzo y dedicación son una muestra más del talento que caracteriza a nuestro país; otra muestra de que en esta vida, nada, absolutamente nada, es imposible.
En esta Navidad, apoyemos a los emprendedores adquiriendo sus productos y creaciones para hacer ese obsequio especial.
Hoy por hoy, aunque las remesas son el mayor ingreso de Guatemala, no debemos olvidar que cada dólar enviado por los migrantes representa grandes sacrificios. La migración no puede ser un modelo sostenible. Es necesario un nuevo concepto de desarrollo que genere oportunidades para nuestra juventud, nuestra mano de obra especializada y los muchos emprendedores que trabajan con dedicación y esfuerzo en suelo guatemalteco. No hay soluciones rápidas, pero debemos empezar ahora con acciones concretas y un enfoque renovado, utilizando la tecnología que ha roto tantas fronteras y las continuará superando.
En EE. UU., los productos guatemaltecos siempre causan admiración: artesanías hechas a mano con dedicación, cariño y la sabiduría de generaciones. Detrás de cada pieza hay una historia de esfuerzo que merece ser valorada.
Por mi parte, con el objetivo de contribuir al desarrollo de Guatemala, lancé SoyMigrante.com Mercado. En esta Navidad y en momentos especiales venideros, esta plataforma ofrece una alternativa para regalar artículos únicos, prendas y accesorios hechos por manos guatemaltecas. Desde la comodidad de casa, con un celular o computadora, se puede comprar un regalo original, útil, hecho con amor y entregado con cariño.
De esta manera, apoyamos el crecimiento de emprendedores, especialmente en el interior del país. Solo juntos podemos construir patria y crear un futuro donde migrar sea una elección y no una imposición.
De todo corazón, les deseo una ¡feliz Navidad! Recordemos que la felicidad y prosperidad también dependen de lo que cada uno de nosotros aporta.