Pluma invitada

El dilema: empresa privada o estatal

Muchos aceptaremos pagar gustosamente un “peaje” a cambio de un aeropuerto moderno y eficiente.

En pleno siglo XXI, las empresas exitosas se destacan por su capacidad de innovar, de adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y a operar de una manera eficiente. En cambio, muchas empresas estatales enfrentan dificultades para alcanzar esos niveles de éxito y a menudo necesitan de subsidios gubernamentales para mantenerse a flote. Actualmente las ideologías tradicionales de comunismo y capitalismo han perdido importancia, el interés es ahora el desarrollo económico del país. El dilema es cómo lograrlo, ¿a través de empresas privadas o estatales?


La iniciativa privada argumenta que el Estado es ineficiente, burocrático y que los incentivos del mercado producen mejores resultados. El éxito de una empresa privada se atribuye principalmente a su capacidad de innovar y adaptarse, su eficiencia operativa, su enfoque en satisfacer la necesidad real del cliente y en un buen liderazgo que da lugar a una cultura organizacional fuerte. Como ejemplos están Apple, Tesla, Amazon. Sin embargo, también tenemos ejemplos de empresas guatemaltecas como Cementos Progreso y Cervecería Centroamericana, La Torre y San Martín, entre varias. Todas son empresas proactivas.


Quienes apoyan las empresas estatales sostienen que el Estado puede proporcionar una red de seguridad social y servicios esenciales de manera más equitativa y justa. Sin embargo, se enfrentan a serios desafíos para intentar alcanzar un éxito similar a la iniciativa privada. Las empresas estatales corren el riesgo de caer bajo la interferencia política, la burocracia y la corrupción. Adicionalmente, la falta de competencia las vuelve ineficientes y requieren de subsidios para cumplir con su función social. Como ejemplos de grandes empresas estatales ineficientes están Pemex, Petrobras y Air India, entre muchas.

La experiencia guatemalteca es que el Estado es un pésimo administrador.

Normalmente, las empresas estatales son lentas en reaccionar y carecen de proactividad porque, a pesar de cumplir una función social, en realidad no se dedican a satisfacer la necesidad de su cliente. Como excepción, a pesar de que China es un país comunista, representa la mayor economía mundial. El secreto es que sus empresas más exitosas se han desarrollado bajo un modelo híbrido de poca intervención estatal, pero con mucho apoyo financiero para su desarrollo.


La experiencia guatemalteca es que el Estado es un pésimo administrador. Lo vemos en el funcionamiento de un gobierno sumamente burocrático, sin absolutamente ninguna flexibilidad. La mayor parte de su personal prefiere eludir responsabilidades siguiendo órdenes, en vez de tomar decisiones para resolver. Lo anterior no es solo a nivel del gobierno central, sino también en la mayoría de los gobiernos municipales. Tenemos el ejemplo de la carretera Palín-Escuintla, que durante 25 años fue operada por una empresa privada, sin mayor problema. Hoy está cerrada por un socavamiento y las vías alternas han colapsado por el congestionamiento vehicular. El recorrido que antes se efectuaba en 15-20 minutos, hoy demora muchas horas y ya se habla incluso de escasez de combustibles y víveres.


En conclusión, nuestro gobierno no es un administrador eficiente. Por ello es mucho mejor que busque una alianza pública/privada con contratos firmes y justos sobre la ineficiente operación puramente estatal. Por supuesto, involucrará el pago de una prima por el servicio que debe ser negociada con el gobierno. La prima no es tan importante porque el servicio entregado será de mayor calidad, más rápido y atenderá la necesidad del cliente. Celebremos el reciente anuncio del presidente Arévalo por buscar una alianza de este tipo para renovar y operar el aeropuerto. Es bienvenida. Muchos aceptaremos pagar gustosamente un “peaje” a cambio de un aeropuerto moderno y eficiente. El resultado de esta alianza será un ejemplo para explorar otras alianzas publico/privadas en el futuro.

ESCRITO POR:

Carlos R. Paredes

Consultor en desarrollo institucional y empresarial. Máster en Economía Aplicada y Administración de Negocios. Ingeniero Mecánico Industrial. Exdirector ejecutivo del Campus Sur UVG. Exdecano de la Facultad de Ingeniería UVG. Catedrático universitario.