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EE. UU.: ¿un barco sin rumbo?

Desde hace algún tiempo debió dejar un cargo de tanta responsabilidad, para que el barco no siga a la deriva.

LLa renuncia de Joe Biden a la candidatura presidencial por el partido demócrata este domingo tomó al mundo por sorpresa, no tanto por la noticia per se, ya que pienso que la mayoría lo esperaba, como por lo vertiginoso del cambio. Las presiones para que renunciara se habían estado incrementando dentro de las filas del partido, aterrorizados, no solo de que Trump pudiese ganar la elección, sino que, además, los republicanos se hicieran del control de ambas cámaras del Congreso. ¿Cambia la situación con la candidatura de Kamala Harris?Aunque desde hace mucho tiempo se cuestionaba la capacidad de Biden, fue en el debate con Donald Trump cuando quedó claro que algo no estaba bien con él. Ya ni los demócratas pudieron seguir tapando el sol con un dedo. Por si eso no fuera suficiente, el atentado contra Trump inclinó todavía más la balanza en favor del republicano. Como alguien lo sentenció: “la bala iba para Trump, pero mató a Biden”.

Harris tomó la batuta de manera intempestiva y en poco más de un día consolidó su candidatura.

Todavía el sábado Biden le dijo a su equipo que seguía firme en la contienda, pero ese mismo día, sus dos asesores más cercanos lo enfrentaron con la realidad: no había forma de que le ganara a Trump. Seguramente a regañadientes, el presidente se rindió ante la evidencia. Así que el domingo anunció en X que renunciaba a la candidatura y que respaldaba Harris. La forma como se hizo el anuncio —curiosamente en la red de quien consideraba su enemigo, por respaldar a Trump— y los días que pasó sin aparecer públicamente, alimentaron todo tipo de hipótesis sobre su salud. Finalmente, el miércoles leyó —con problemas— un mensaje confirmando su renuncia a la candidatura y su respaldo a Harris. Y hasta se reunió con Netanyahu el jueves, para mostrar que todavía puede terminar su mandato. Mientras tanto, Harris tomó la batuta de manera intempestiva para neutralizar a sus potenciales contendientes y en poco más de un día consolidó su candidatura.

Yo no me la creo tan fácil de que todo el proceso se inició el domingo por la tarde.  seguramente, ya venía preparándose desde hace tiempo para ese escenario, que sería lo que le valió para consolidar su candidatura en tan poco tiempo. ¿Podrá Harris vencer a Trump? Será una tarea muy difícil, pero no necesariamente imposible. Ella tiene todo que ganar y él, todo que perder. Pero el juego es uno completamente distinto al que se tenía la semana pasada. Una de las incógnitas más importantes es a quién elegirá como su mancuerna. La lógica me indica que los principales requisitos de los candidatos debieran ser que pertenezcan al ala “moderada” del partido, para contrarrestar la imagen de “radical” de la vicepresidenta y atraer a los votantes independientes, y que, además, provengan de uno de los “estados bisagra”. Ello apunta a que el más probable contendiente sea el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, pero todo puede suceder de aquí al 7 de agosto, que es cuando tiene que estar definido el binomio para poderse inscribir en todos los estados.

Mientras tanto, la caída de Biden muestra, una vez más, lo cambiante e hipócrita que puede ser la política. La semana pasada, los principales dirigentes demócratas le habían amenazado de desencadenar el infierno contra él esta semana si no renunciaba. Todavía se portaron “magnánimos” y le dieron el fin de semana para recapacitar. Como sí cedió ante sus presiones, en pocos segundos se olvidaron de las amenazas y lo alabaron por su “valentía, coraje y patriotismo de sacrificarse por el país”. Sí, como no. Ahora, la principal duda es si todavía está capacitado para dirigir el ejecutivo de ese país en los meses que restan de su mandato. Yo diría que desde hace algún tiempo debió dejar un cargo de tanta responsabilidad, para que el barco no siga a la deriva.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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