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Dos mandatarios que podrían cambiar el rumbo de sus países
Esta semana El Salvador y México, fueron protagonistas de acontecimientos electorales, que podrían cambiar el rumbo de su historia.
México tendrá su primera presidenta
En elecciones históricas, México eligió a Claudia Sheinbaum como su primera presidenta. Luego de 200 años de gobiernos con hombres al mando, hoy se abre una nueva oportunidad de dirigir a ese país con otra visión, con una mentalidad diferente y humana, ese toque femenino que estaba necesitando México lindo y querido. Sin embargo, esta elección genera sentimientos encontrados, pues la presidenta electa ha prometido continuar con las políticas progresistas de su predecesor, que no son del agrado de muchos.
La bukelización es una receta que los ciudadanos de los países latinoamericanos están añorando.
Esta victoria marca un momento crucial para la igualdad de género en la nación, pero sin importar si es hombre o mujer deberá enfrentar grandes desafíos que su antecesor no pudo resolver. México representa la segunda economía más fuerte de América Latina y tendrá que lidiar con temas urgentes como la crisis económica, narcotráfico, inseguridad, inmigración, violencia y medioambiente.
Las mujeres hoy están teniendo un gran protagonismo a nivel global. Al menos 75 damas han sido presidentas o primeras ministras en todo el mundo. A partir del 2024 hay 22 jefas de Estado o de Gobierno. Vale la pena mencionar que la primera mujer presidenta en la historia del mundo fue Khertek Anchimaa-Toka, de la República Popular de Tuva, quien ocupó el cargo de 1940 a 1944. Y en Latinoamérica ha habido siete mujeres presidentas: Nicaragua, Panamá, Chile, Argentina, Costa Rica, Brasil y Honduras.
La bukelización, la receta para los grandes males
Nayib Bukele ha sido reelecto por aclamación popular, tras un resultado contundente, con el 85% de los votos a favor. En su reciente toma de posesión presentó los prodigiosos resultados de su anterior gestión. El Salvador se ha convertido en el país más seguro de Latinoamérica, gracias a su guerra frontal contra las organizaciones criminales que mantenían a la ciudadanía a raya. Una operación denominada “guerra contra las pandillas” que lo llevó a ser emulado y elogiado en varios puntos de la región.
Hoy en día, las maras se han desarticulado y ese país vive un período sin precedentes, de baja tasa de violencia, muy lejos de los ranking que ocupaba antes. Instalaciones como el Centro de Confinamiento para Terrorismo (Cecot), construido en tan solo siete meses y que ya pasó a la historia como la cárcel más grande de América, es un gran triunfo.
Ahora su intención es impulsar a El Salvador al centro del escenario internacional, que ya ha sido sede del certamen de Miss Universo y los juegos de Centroamérica y el Caribe. Construyó la nueva Biblioteca Nacional, un edificio de siete pisos que permanece abierto los 365 días del año, en el centro de San Salvador. Otro proyecto en cartera es el Surf Town, para atraer a entusiastas del deporte de todo el mundo a desafiar las olas locales.
Con la reelección de Bukele hay quienes lo señalan como el hombre de la nueva era en América Latina, un caudillo moderno que tiene en sus manos el antídoto para los grandes males, y además es aclamado popularmente. Sus políticas se basan en resultados, justamente lo que se necesita. Su receta ahora es admirada y codiciada también en el extranjero.
Aunque irónicamente se autodenominaba el “dictador más cool del mundo”, a la ceremonia de su reelección llegaron mandatarios y representantes de todas partes. Y en un emotivo discurso, donde dio su lugar a Dios y a su familia por el éxito alcanzado, prometió ahora trabajar en el desarrollo económico, de la misma manera que lo hizo con la seguridad. Probablemente lo hará, porque es un mandatario con voluntad política, determinación y valores. Y más que palabras, ha demostrado con hechos que sí se puede. Porque “el dinero sí alcanza cuando nadie roba”.