Liberal sin neo

Dilema de derechos

Los límites entre la libertad religiosa y la intervención estatal.

Hay temas controversiales que son difíciles de abordar y discutir y precisamente; por eso vale la pena hacerlo. Frecuentemente nos vemos obligados a formular opinión o juicio basados en poca información que sigue una sola línea.


El viernes pasado, el MP, la PGN y policías realizaron un allanamiento en la comunidad Lev Tahor, en Oratorio, Santa Rosa. El medio informativo France 24 informó que “un grupo de casi 500 agentes se encargó del allanamiento, Guatemala investiga caso de secta Lev Tahor tras rescate de 160 menores”. El titular de la BBC de Londres reza: “160 niños rescatados en Guatemala de Lev Tahor, la secta acusada de tráfico de personas y abuso sexual”. La agencia EFE reportó que “al menos 154 menores fueron rescatados el pasado 20 de diciembre en Guatemala de la secta Lev Tahor”. De un medio en EE. UU.: “secta intenta recapturar a niños rescatados”.


El término “rescate” no es neutral. Está cargado de juicios de valor que enmarcan la intervención como heroica y altruista, sin un análisis crítico de los hechos ni de los procedimientos empleados. La noción de rescate puede ser un eufemismo que encubre lo que, en términos objetivos, podría considerarse una forma de secuestro. Los menores fueron apartados de sus familias, bebés literalmente arrancados de los brazos de su madre y transportados a Casa Nuestras Raíces Álida España en la zona 3. Se violentó su entorno familiar, cultural y religioso sin garantías de que esto sea lo mejor para su bienestar. Para los niños y padres de familia la experiencia tiene que haber sido sumamente traumática y quedará impresa en su memoria e identidad emocional para siempre.


La opinión pública juega un papel crucial, ya que información que se conoce a menudo simplifica los hechos, reduciendo comunidades complejas a caricaturas de “sectas peligrosas”. Esto puede reforzar prejuicios y justificar medidas que, aunque destinadas a proteger derechos, terminan violándolos al desmantelar familias y comunidades enteras.

Es un dilema que refleja tensiones entre perspectivas legales, culturales y éticas.


La comunidad Lev Tahor es sumamente controversial y tiene antecedentes de conflictos con la ley en Israel, Estados Unidos, Canadá, México y otros países. Sus problemas con la ley en estos países giran en torno a los mismos temas por los que son acusados por el MP y la PGN y provocaron el reciente operativo en Santa Rosa.


El caso de la comunidad Lev Tahor en Guatemala se encuentra en el terreno complejo de los límites entre la libertad religiosa y la intervención estatal. La libertad de religión es un derecho que abarca no solo la creencia individual, sino también la práctica colectiva de tradiciones y rituales, aun cuando estos desafíen las normas sociales predominantes. Sin embargo, esta libertad no es absoluta; se encuentra limitada cuando prácticas religiosas o culturales violan derechos esenciales.


Es un dilema que refleja tensiones entre perspectivas legales, culturales y éticas. El conflicto entre el derecho de los padres y las familias a educar y guiar a sus hijos según sus creencias y valores, y el reclamo del Estado de intervenir en nombre del interés superior del menor, es un tema central en el debate sobre la esfera privada, derechos humanos, autonomía familiar y el rol estatal.


Es posible que el comportamiento de la comunidad Lev Tahor sea moral y legalmente inaceptable en la sociedad moderna. El operativo fue un tanto grotesco, tan traumático para los niños como podrían ser las condiciones de las que fueron rescatados, o secuestrados. Quizás represente una experiencia que brinda la oportunidad de aprender y reflexionar sobre otras formas de abordar casos futuros.

ESCRITO POR:
Fritz Thomas
Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).

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