Pluma invitada

Día nacional del Patrimonio: El Patrimonio como operador de cambio y desarrollo

España puede estar orgullosa de haber contribuido al esplendor del patrimonio cultural y arquitectónico de este bello país.

Desde 1998, Guatemala conmemora el “Día Nacional del Patrimonio” porque tiene sobrados motivos para ello. Un paseo por las calles de la Antigua Guatemala; una puesta de sol desde el Templo del Gran Jaguar en Tikal; o elevarse 70 metros en el templo de la Danta en el Mirador para tener conciencia de la pequeñez humana frente a la inmensidad de la Naturaleza, así lo atestiguan. Y España puede estar orgullosa de haber contribuido al esplendor del patrimonio cultural y arquitectónico de este bello país, que puede considerarse, además, sin exageración alguna, el “kilómetro cero” de la cultura maya. Y es que “la arquitectura es el testigo menos sobornable de la historia” como nos recordaba Octavio Paz.

La puesta en valor de sitios históricos promueve el turismo y la industria que le rodea.

España lleva más de treinta años apostando por el rescate y puesta en valor del legado patrimonial existente en Guatemala. Un país objeto de atención prioritaria de la Cooperación Española a través del “Programa de Patrimonio” de la AECID. Un compromiso, por otra parte, con vocación de futuro. Desde finales de la década de los ochenta, pirámides, templos, iglesias, archivos, muesos, bibliotecas y un sinfín de intervenciones más -incluyendo los centros históricos de la Antigua Guatemala o la actual capital-, han sido el destino de más de 20 millones de dólares.

El Programa Patrimonio guarda estrecha conexión con otro programa diseñado por la AECID en 1985: las “Escuelas-Taller”. que bajo el principio de “aprender haciendo” han sido bastiones de la restauración de destacadas obras arquitectónicas guatemaltecas. Un ejemplo muy destacado sería la restauración del Colegio de los Jesuitas en La Antigua Guatemala, actual sede del Centro de Formación de la Cooperación Española por donde han transitado decenas y decenas de miles de funcionarios latinoamericanos desde el inicio de sus actividades a mediados de los noventa. Una intervención que día a día sigue siendo de manifiesta utilidad a las sociedades a las que sirve.

La conservación y recuperación del patrimonio histórico es un claro elemento de lo que ahora denominamos “marca país” de cualquier nación al jugar un papel muy destacado en la economía y en el desarrollo sostenible de un país. Especial trascendencia tiene para la supervivencia de no pocas comunidades locales logrando que su población disfrute de los beneficios del desarrollo humano a través de un crecimiento equilibrado. Efectivamente, la puesta en valor de sitios históricos promueve el turismo y la industria que le rodea; su gestión y mantenimiento es igualmente una fuente de creación de empleo; el legado histórico sirve de inspiración para las industrias creativas; y la educación e investigación de nuestro pasado nos ayuda a una mayor comprensión y autoestima de nuestra identidad y realidad.

Con esta efeméride, Guatemala subraya la importancia de su cultura como alma de la identidad social y política del país al tiempo que promueve su papel como motor de desarrollo económico y social, contribuyendo a afrontar los retos del presente y del futuro. En palabras del autor de Alicia en el país de las maravillas “¡Qué pobre es la memoria que sólo funciona hacia atrás!”

ESCRITO POR:

José María Laviña

Embajador de España en Guatemala