Imagen es percepción
Día internacional contra la discriminación
Aunque será imposible erradicar la discriminación en cualquiera de sus formas, debemos estar conscientes de este problema.
Si bien es cierto que el mundo se jacta cada vez más de respetar las diferencias individuales, gracias al desarrollo de la tecnología y las comunicaciones la discriminación sigue siendo un problema generalizado en todas partes. El género, la nacionalidad, la edad, el origen étnico, la religión, entre otros, pueden ser pretextos para alguna forma de discriminación.
Este día todos podemos tomar conciencia en que la belleza del ser humano radica en apreciar nuestras diferencias.
La segregación se basa en prejuicios que se atribuyen falsamente a una minoría. Los individuos pueden discriminar en la vida cotidiana, o muchas veces son las organizaciones públicas y privadas las que, a través de procedimientos y hábitos, contribuyen a generar desigualdad. La discriminación no solo conduce a una reducción injustificada de las oportunidades sociales, económicas y políticas, en detrimento de individuos o grupos, sino que también produce efectos en la salud mental y el bienestar psicofísico de quienes la sufren.
Estudios recientes muestran que en los últimos años la desigualdad ha ido en aumento, alcanzando porcentajes superiores al 70% en la población mundial, aumentando el peligro de división y levantando barreras al desarrollo económico y social.
Por esta razón, el 1 de marzo fue designado para conmemorar el Día Internacional contra la Discriminación, una oportunidad para unirse contra este flagelo y recordar el derecho de cada individuo a vivir una vida plena y con dignidad. En este día se invita a todos a defender el reconocimiento de este derecho y a respetarse mutuamente. De hecho, cada individuo posee cualidades diferentes que enriquecen a las comunidades y fortalecen la cohesión social, aportando valiosos beneficios.
Hoy es un día especial para llamar a la reflexión para unir a las personas, a las comunidades y a las sociedades, para que puedan cambiar a este mundo hostil en que vivimos por uno donde haya respeto, amor y paz. Y esto nos ayudará a ser parte de la transformación para contribuir a mantener una sociedad justa y equitativa.
Por ejemplo, solo en cuatro de cada 10 países a nivel mundial, el número de niñas que asisten a la escuela secundaria es igual al de niños. En el ámbito médico, la discriminación está muy extendida y presente de diferentes formas. Existe gran dificultad para el acceso a los hospitales y medicamentos para las personas de escasos recursos, impidiendo el derecho universal a la salud. Las causas varían según los países y las comunidades, pero el obstáculo está presente en todas partes.
Tampoco podemos obviar los problemas cotidianos que tienen que enfrentar las personas con alguna discapacidad, sin que nadie se ocupe de ellas ni las ayude a superar las dificultades que encuentran en su vida diaria. Ignorar esta situación también es una forma de exclusión. Sin embargo, la forma de discriminación más visible, y que está a la orden del día, es el racismo y prejuicios sobre ciertos grupos étnicos, que se consideran superiores a otros en cuanto a su origen, razones culturales y religiosas, costumbres, características físicas y condiciones económicas, y es allí donde tenemos que luchar con más fuerza para respetar a cualquier ser humano sin que nadie se crea que es superior por cualquiera de estos factores.
En la sociedad actual, los actos de discriminación siguen ocurriendo todos los días, y las redes sociales ayudan a maximizar los estigmas de bullying, que incluso han llevado a nuestros niños al suicidio. En mi opinión, la discriminación es una forma de intolerancia que es poco probable que desaparezca, siempre ha existido y siempre será un problema importante para la humanidad. Sin embargo, este día todos podemos tomar conciencia en que la belleza del ser humano radica en apreciar nuestras diferencias.
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