Escenario de vida
¿Debiera Antigua ser peatonal en Semana Santa?
Los cambios que Asturias tiene contemplados ayudarán a que nuestra ciudad colonial no pierda su encanto.
La ciudad de Antigua es patrimonio de la humanidad, pero por muchos años los alcaldes pasados la han venido descuidando, al grado que está perdiendo su esencia y la vida de barrio tan importante, incluyendo la identidad de la comunidad. Antes, todos conocían al panadero, al herrero y a su vecino, pero con el correr del tiempo, mucho se está perdiendo por culpa de una sobrepoblación de gente que no es oriunda del lugar. Ya no hay chamusca, y casi no hay niños que juegan en la calle. De no cuidarla, Antigua dejará de ser un espacio de comunidad donde todos se conocen y todos se respetan.
Debemos desmitificar las habladurías de que no se podrá entrar más con vehículos a nuestra ciudad colonial en Semana Santa.
El turismo es la mayor generación económica de Antigua, pero sabemos que, sin regulaciones y sin un norte bien definido, el acomodar a tanta gente puede constituir un caos. Muchas personas sugieren que se promueva más el uso de la bicicleta. Otros piden que se cuide el agua y que haya un control y deposición de la basura apropiados, ya que se está rebasando lo que los gobiernos municipales pueden manejar.
Como muchos sabemos, el problema radica en la gran cantidad de citadinos, aburridos del tráfico que llegan a Antigua en fines de semana buscando alejarse de la ciudad capital. Por ello, se ha incrementado la carga vehicular y poblacional de Antigua, a tal grado que los antigüeños ya se expresan molestos y preocupados porque su ciudad colonial está siendo desfigurada.
Juan Manuel Asturias, alcalde de Antigua, está consciente de la gravedad del problema vehicular dentro de su ciudad, y se ha aventurado a efectuar cambios drásticos. Tanto así que, con inteligencia y agallas, está dando un giro de 180 grados con la aprobación del Consejo de Antigua, de la Unesco, y de muchas instituciones más, incluyendo la población antigüeña en general.
Con las nuevas medidas peatonales que fueron dispuestas por el susodicho actual alcalde, Antigua pareciera estar entrando ahora a una etapa más holística, al velar por la calidad de vida de los antigüeños. Sin embargo, debemos desmitificar las habladurías de que no se podrá entrar más con vehículos a nuestra ciudad colonial en Semana Santa.
Es totalmente absurdo pensar que las medidas de Asturias perjudicarán el comercio, pues los vehículos podrán seguir circulando adentro, pero sin estacionarse en las calles. Para ello se espera que todas aquellas personas que entren con sus vehículos los fines de semana busquen parqueos públicos y privados, ya que existen ocho mil espacios disponibles. Los 600 estacionamientos en las calles son los únicos que estarán vedados. Esta medida aliviará enormemente la fluidez del tráfico y evitará el congestionamiento en las calles durante la Semana Mayor.
A pesar de que la mayoría de los antigüeños están contentos con las medidas, hay quienes dudan de su efectividad y temen que sus negocios se vean perjudicados. Esto es imposible, pues al haber menos carros parqueados en las calles, habrá menos aglomeración y más peatones visitando tiendas y restaurantes.
El alcalde Asturias parece tener un gran reto en sus manos para que Antigua no se convierta en un pandemonio, especialmente en Semana Santa. El turismo de masas es su mayor dolor de cabeza, por lo que Asturias tiene contemplado regular la visitación turística. Poner reglas claras parece ser su misión. Dada su juventud, firmeza y audacia, me empieza a recordar al presidente Bukele, de El Salvador. Según mi criterio, los cambios que Asturias tiene contemplados ayudarán a que nuestra ciudad colonial no pierda su encanto.