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Cruzando el Rubicón

Estados Unidos acaba de perder algo que nunca podrá recuperar.

Manifestantes en la calle  afuera de tribunal  mostraron júbilo, los medios de comunicación se regodearon, las agencias de noticias internacionales amplificaron extáticos, comentaristas políticos se regocijaron. El motivo de la celebración sería que Donald Trump fue hallado culpable de 34 cargos de falsificación de registros contables con relación a un pago hecho a la actriz de películas porno Stormy Daniels, que amenazaba con dar a conocer un supuesto affaire. El pago fue efectuado por el abogado Michael Cohen y Trump lo reembolsó; esto no es ilegal. Contadores de Trump registraron el pago en su contabilidad como “honorarios de abogados”, en lugar de asentar “pago de extorsión”. Un error de clasificación contable es una falta menor que conlleva una multa leve.

Estados Unidos acaba de perder algo que nunca podrá recuperar.

El fiscal de Nueva York, Alvin Bragg, acusó a Trump de ocultar el pago y falsificar su contabilidad para proteger su campaña presidencial en 2016 y de esta manera “interfirió en las elecciones”. Además, el pago a Stormy se interpretó como financiamiento electoral no declarado. Este sí es un delito grave. En sus discursos para elección como fiscal, Bragg no se cansaba de decir que “se clavaría a Trump”.

Detractores y enemigos de Trump celebran la condena, pero, como señala el analista jurídico Greg Jarrett, “Estados Unidos acaba de perder algo que nunca podrá recuperar”.  Lo que ocurrió la semana pasada en un tribunal de Nueva York no es ni por asomo una demostración del vacuo refrán “nadie está por encima de la ley”. Por el contrario, ha sido un ejercicio de “la ley es para aplastar a mi competencia”. La campaña del presidente Joe Biden y el partido Demócrata usan el sistema de justicia para eliminar a su principal adversario político en las próximas elecciones presidenciales. En cuestión de horas, después del fallo, el aparato de comunicación de los demócratas pegaba el adjetivo “criminal condenado” al nombre de Donald Trump.

La incoherencia legal de las acusaciones del fiscal y el proceder del juez durante el juicio probablemente conducirán a la revocación del fallo en tribunales de apelación. Pero faltan apenas cinco meses para las elecciones y ya pegaron los titulares; Trump es un criminal condenado en un tribunal.

El destacado jurista Jonathan Turley estuvo presente en el juicio y publicó un artículo en la revista Newsweek, en el que hace una radiografía de la precariedad legal de las acusaciones promovidas por el fiscal y los graves errores cometidos por el juez, que violó normas elementales de debido proceso y no protegió los derechos del acusado. Pero los detalles del proceso no vienen al caso, el tema de marras es la manipulación de los aparatos de justicia para eliminar a contrincantes políticos.

Si usted detesta a Trump y cree que es el diablo encarnado, celebre todo lo que quiera; lo que acaba de ocurrir es una puñalada al orden republicano y democrático de EE. UU., al estilo de las prácticas de Maduro en Venezuela y Ortega en Nicaragua.

La expresión “cruzar el Rubicón” se usa para referirse al hecho de lanzarse irrevocablemente a una empresa de arriesgadas consecuencias, cruzar la fina línea entre la prudencia y la necedad. A ningún general le era permitido entrar a Roma con su ejército. Cuando Julio César cruzó el río Rubicón liderando sus tropas la noche del 10 de enero del 49 a. C.  desafió a la República, la autoridad del senado y el orden, provocando la guerra civil contra Pompeo y los optimates. Fue el final de la República. Estados Unidos ha cruzado el Rubicón; ahora el poder puede acabar con la competencia política en sus tribunales, ya no en las urnas.

ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).

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