con otra mirada

Crecimiento vs. desarrollo

Riesgo que desaparezca un bosque y reserva ecológica contigua al montículo La Culebra y Acueducto de Pinula

Hacia finales del siglo XIX, el presidente J. M. Reina Barrios concibió un ambicioso plan de desarrollo urbano, inspirado en movimientos internacionales, para hacer crecer la ciudad de Guatemala hacia el sur. Mediante acuerdo gubernativo compró una fracción de la finca La Aurora para crear un Jardín Público y los unió a través del bulevar 30 de junio, hoy avenida La Reforma. El bulevar permitió que fincas como Santa Clara y Tívoli, a ambos lados, se urbanizaran para dar lugar a nuevos barrios, calles y amplias parcelas para residencias, instituciones educativas y culturales. En 1924, el presidente J. M. Orellana estableció en ese jardín público el Observatorio Meteorológico Nacional y el Parque Zoológico. El ahora monumento nacional integrado por el montículo precolombino La Culebra y el Acueducto colonial de Pinula se convirtió en parque lineal para ocio de los capitalinos.

Para construir 568 nuevos apartamentos, en una acción que luce por demás fraudulenta y especulativa

Es así, siguiendo planes de ordenamiento territorial, como las ciudades crecen y se desarrollan. Guatemala lo hizo en los períodos señalados y durante la Primavera Democrática 1944-54, cuyo influjo persistió hasta la administración del alcalde Manuel Colom Argueta (1970-74). Caso contrario, como sucedió después, los pueblos y las ciudades solo crecen de manera amorfa, sin control ni sentido. Inútil dar ejemplos, pues abundan; ni siquiera La Antigua Guatemala se salvó, siendo ciudad histórica, símbolo de identidad nacional y patrimonio cultural de la humanidad. A pesar de los esfuerzos de asociaciones, profesionales y expertos en conservación que durante más de 50 años propusimos instrumentos técnico-legales para conservar, proteger y desarrollarla, reiteradamente chocamos contra el muro de la impunidad y corrupción de autoridades ignorantes que no resistieron el poderoso influjo del dinero de terratenientes, inversionistas y especuladores edilicios que nunca se ocuparon de ese patrimonio cultural.

Tranquilamente esperaron a que su éxito como ciudad conservada produjera el mágico incremento del valor del suelo  para aprovechar el beneficio con la mentalidad de la inmediatez. Hicieron centros comerciales a diestra y siniestra, apostando al crecimiento especulativo de casas de descanso —no de vivienda para la población—, sin ocuparse de abrir nuevas calles, bulevares y vías periféricas; menos aún, visualizar la importancia de planificar parques y espacios abiertos como satisfactores urbanos para la creciente población. Planificación básica que la municipalidad está obligada a proponer para garantizar la conservación histórica que, de seguir al ritmo actual, más temprano que tarde hará perder el valor que hasta ahora tuvo la tierra a su derredor, en función del espejismo económico.

Durante los últimos días, información de profesionales de la arquitectura, ecología y conservación publicada en las redes sociales dio a conocer el riesgo de que desaparezca un hermoso bosque y reserva ecológica contigua al montículo La Culebra y el Acueducto de Pinula, en la zona 10 capitalina, para construir 568 nuevos apartamentos, en una acción que luce por demás fraudulenta y especulativa. En febrero pasado, el propietario declaró públicamente que el terreno no está a la venta y que permanecerá como bosque para la ciudad. Paralelamente, el gerente de desarrollo de una inmobiliaria negocia con la alcaldía la licencia de construcción, cuyos estudios de impacto ambiental y vial fueron aprobados por funcionarios públicos durante el gobierno anterior. Públicamente se reconoce la importancia de esos estudios previos, aunque también se sabe que, independientemente de su contenido, suelen ser gasto innecesario con el que se llena un requisito, pues la autorización fue previamente consensuada por la vía torcida pero eficiente de la corrupción.

¿Seguiremos creciendo sin desarrollarnos o planificamos con seriedad y cumplimiento a la ley?

ESCRITO POR:

José María Magaña

Arquitecto -USAC- / Conservador de Arquitectura -ICCROM-. Residente restauración Catedral Metropolitana y segundo Conservador de La Antigua Guatemala. Cofundador de la figura legal del Centro Histórico de Guatemala.