LIBERAL SIN NEO
Coyuntura que ofrece oportunidad
Las corrientes geopolíticas y económicas mundiales están en proceso de abrir una gran ventana de oportunidad para Guatemala que el país no está en posición de aprovechar. El covid-19, el ascenso de China y la guerra de Ucrania han puesto en relieve una serie de debilidades y dependencias que ocasionarán cambios importantes en el orden político mundial, el proceso de globalización y la alineación de poderes.
Durante las pasadas cuatro décadas, empresas de EE. UU., Europa y Japón realizaron masivas inversiones y transferencia de tecnología a China. El cinturón industrial estadounidense se trasladó a oriente y su economía se volvió dependiente de manufacturas chinas, desde toda clase de artículos de consumo, químicos, fármacos, acero, equipamiento, hasta mascarillas. La pandemia y Ucrania terminaron de subrayar la fragilidad de depender de China como fábrica para el mundo. Hasta los industriales alemanes han caído en cuenta en que producir en el país de oriente significa que surgirán empresas chinas que imitan sus diseños, procesos y métodos para producir lo mismo, de menor calidad, pero más barato.
El vocablo griego catalaxia significa convertir extraños en amigos, comerciar. Durante décadas, la Unión Europea, especialmente su motor económico, Alemania, adoptaron actitud de catalaxia hacia Rusia; el comercio, inversión e interdependencia económica los haría buenos amigos liberales y democráticos. Cuando Rusia invadió Georgia en 2005 y anexó parte de su territorio, los europeos hicieron un poco de ruido. Cuando Rusia invadió Ucrania y anexó Crimea en 2014, los europeos y EE. UU. se quejaron e impusieron sanciones tímidas. Alemania, Italia y otros países europeos se volvieron dependientes de hidrocarburos y materias primas rusas, invirtiendo enormes sumas en cadenas de suministro. La invasión rusa a Ucrania, en febrero 2022, puso en entredicho esta relación; con una mano la Unión Europea impone sanciones a Rusia y arma a Ucrania, con la otra le paga miles de millones de dólares y euros por hidrocarburos y minerales.
' Estar idealmente situado no es suficiente, hay que preparar el terreno.
Fritz Thomas
Han aparecido fuertes fisuras en el orden mundial que surgió en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial y creó la antesala para la globalización económica. El colapso de la Unión Soviética (1988-1991) no condujo al “fin de la historia” como predijo Fukuyama; surgió una dictadura cleptocrática con la ambición de revivir el carácter imperial ruso de Pedro el Grande. El desarrollo económico de China y su admisión al orden económico global no condujo a la democracia liberal en ese país, como pronosticaban los expertos. Por el contrario, el mundo se desliza a una franca confrontación entre la democracia liberal capitalista de EE. UU., Europa, Japón, Corea del Sur y aliados, y el autoritarismo adversarial de China y Rusia.
A este contexto puede agregarse la corriente ideológica y geopolítica que envuelve a América Latina, para apreciar que Guatemala tiene ventana de oportunidad. México, Honduras, Colombia, Perú, Chile y, pronto, quizás Brasil, han dado un giro decidido hacia la izquierda y el Foro de Sao Paulo; se ven como amigos de La Habana y el socialismo del siglo XXI venezolano. EE. UU. se esforzará por reducir su dependencia de China y recrear su base manufacturera, tanto doméstica como en países más amigos y cercanos. Guatemala está idealmente situada, con población joven, estabilidad macroeconómica y acceso a dos océanos, además de varios millones de chapines que residen y trabajan en EE. UU. Estar idealmente situado no es suficiente, hay que preparar el terreno para aprovechar la oportunidad que presenta la coyuntura.